CASOS Y PERSONAS FALLECIDAS POR HOMICIDIO DOLOSO
EN COSTA RICA DURANTE EL 2008
Anterior al 2008, el nœmero de asesinatos en Costa Rica presentaba un crecimiento importante y continuo, el cual redundaba en no m‡s de 60 eventos anuales entre un per’odo y otro y manten’a la tasa por cien mil habitantes por debajo de diez. Lamentablemente el 2008 trae consigo la cifra m‡s alta antes registrada en la historia del pa’s, sin contar sucesos de ’ndole bŽlicos, con un total de 512 homicidios, generando con esto un crecimiento respecto al 2007 de 143 v’ctimas m‡s, ubicando la tasa mencionada en un 11.7, componentes que se ampl’an m‡s adelante.
I. ASPECTOS MçS SOBRESALIENTES
Antes de iniciar propiamente con el an‡lisis de los valores obtenidos para este nuevo per’odo, es dable anotar algunos criterios de car‡cter integral en torno a este tema tan importante.
Uno de los aspectos m‡s relevantes acontecidos durante el per’odo analizado se concentr— en el uso de armas de fuego, en cuyo caso el nœmero de asesinatos bajo este procedimiento se incremento en un 53.5%; en otras palabras, a las armas de fuego se les adjudica estad’sticamente hablando la responsabilidad sobre el aumento citado y las implicaciones que esto gener— en este a–o.
Otro de los factores preponderantes generado durante el per’odo, lo constituye el importante incremento experimentado en los asesinatos de delincuentes, el cual pas— de 86 a 142 en el tŽrmino de un a–o, ubic‡ndose como el m‡s relevante respecto a un perfil determinado de v’ctima. Ello represent— en tŽrminos absolutos 56 homicidios m‡s (65.1%); en otras palabras, el asesinato de delincuentes super— en dos terceras partes los valores obtenidos en el 2007. Continuando sobre la misma l’nea, es igualmente destacable otros grupos de personas que en una proporci—n aœn no determinada se dedican igualmente a delinquir y que durante el 2008 fueron asesinados en una proporci—n importante (consumidores de droga 44 e indigentes 4), los cuales sorpresivamente se mantuvieron estables entre un per’odo y otro y que si se sumaran a los delincuentes, elevar’an aœn m‡s el fen—meno que se quiere resaltar en este punto. Finalmente se a–ade que este tipo de homicidios representan un 27.7% sobre el total de v’ctimas, lo que equivale a decir uno de cada cuatro muertes.
Durante el a–o 2008 y como consecuencia de la coordinaci—n establecida entre el Departamento de Planificaci—n, la Secretar’a de GŽnero (ambos del Poder Judicial) y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), se logr— establecer una estructura para el manejo y control de los datos estad’sticos asociados con Homicidios Dolosos contra mujeres, esto en apego a las reformas hechas a varios art’culos de la Ley de Penalizaci—n Contra las Mujeres y que como resultado se establecen tres formas de homicidio contra estas personas, a saber:
1. Femicidio: en este grupo de asesinatos se incluyen los cr’menes cometidos por los esposos y concubinos, sea declarada o no Žste œltimo tipo de relaci—n.
2. Condici—n de GŽnero: en este grupo se incluyen los homicidios contra mujeres protagonizados por: ex esposos, ex concubinos, amantes, novios, ex novios, cliente sexual, pretendientes, amigos cercanos y atacantes sexuales.
3. Violencia intrafamiliar: incluye aquellos homicidios dolosos efectuados entre familiares con algœn grado de consanguinidad o afinidad.
4. Hombres asesinados por sus parejas o ex parejas de convivencia: involucran aquellos cr’menes cometidos contra varones por mujeres, que conviven o conviv’an con la v’ctima al momento del evento.
5. Hombres asesinados en condici—n de relaci—n sentimental o de car‡cter sexual: corresponde ha asesinatos de hombres cometidos por mujeres b‡sicamente en los siguientes tipos de relaci—n: amantes, novias, ex novias, pretendientes, amigos cercanos y atacantes sexuales.
Respecto a la reforma citada y con mira a examinar los datos propiamente asociados a esos cinco puntos, es dable se–alar que el nœmero de femicidios alcanz— por primera vez durante la œltima dŽcada una cifra record de 18 v’ctimas, cifra que al ser comparada con la obtenida el a–o anterior (seis) resulta ser tres veces mayor. M‡s adelante se amplia en torno a las restantes formas de homicidio entre familiares y afines, siendo de momento el hecho m‡s relevante el citado anteriormente.
El robo o asalto como causa o m—vil del homicidio, es hoy d’a la raz—n m‡s preponderante entre el restante grupo de m—viles asociados a estos cr’menes. Solo en el 2007 se produjeron 78 asesinatos por esta raz—n, ubic‡ndose como la m‡s frecuente; no obstante, durante el 2008 esa cifra es rebasada tras el registro de 116 fallecimientos; es decir, 38 m‡s, lo que en tŽrminos relativos represent— casi la mitad (48.7%) de los eventos producidos en 2007, situaci—n que permite establecer claramente un comportamiento m‡s agresivo o en su defecto menos compasivo por parte del delincuente al momento de ejecutar el asalto.
Los homicidios con presunci—n de sicariato vuelven a incrementarse en el 2008 tras el descenso experimentado en el 2007 (14 v’ctimas), reportando 32 sucesos, sea 18 m‡s (128%) que en el citado per’odo. En torno a este tema es relevante se–alar que en este tipo de homicidios existe un alto grado de dificultad al momento de recolectar elementos probatorios materiales, que permitan a las autoridades policiales y judiciales poder establecer de forma fehaciente el pago a un tercero para que asesine a una v’ctima espec’fica. De tal manera que la Secci—n de Estad’stica se limita a registrar este tipo de hechos bajo la nomenclatura de presunci—n de sicariato, basado en las pesquisas y avances policiales y judiciales, que permiten direccionar la investigaci—n hacia un presunto sicariato.
El tema de los menores homicidas, sigue dando pasos ascendentes en Costa Rica, pues tal y como se hab’a comentado en el an‡lisis del tema de los homicidios dolosos el a–o anterior, la participaci—n de estos viene en ascenso, de tal forma que durante el 2008 la cifra de estos individuos se ubic— en 39, nueve veces m‡s que en el 2007 y 25 m‡s que en el 2006. Lo anterior, es un claro indicador que algo est‡ sucediendo en torno al tema de los menores homicidas, m‡s aœn si se a–ade que el 87.1% de estos j—venes ten’an una edad de entre 16 y 17 a–os y que el 80% de los homicidios protagonizados por ellos fueron llevados a cabo con armas de fuego, muchos (12) al momento de cometer un asalto, lo cual deja latente el tema de la accesibilidad a arma de fuego por parte de menores de edad. No obstante a lo anteriormente comentado es importante no perder de vista que la participaci—n porcentual de este grupo etario no se ha visto afectado (8.3%) de la misma forma que en tŽrminos absolutos (39 individuos).
Los Tribunales de Juicio de Costa Rica aumentan durante el 2008 el nœmero de sentencias condenatorias contra los homicidas procesados judicialmente, pasando de 101 condenados en 2007 a 141 en 2008, en otras palabras, un incremento de 40 individuos, lo que porcentualmente represent— 39.6% m‡s, lo que igualmente impact— ascendentemente la tasa de condenas por 100 mil habitantes, la cual pas— de 2.6 a 3.6 por cien mil, recayendo el mayor peso sobre los varones, quienes pasaron de 4.9 por cien mil a 7.9 para el per’odo analizado.
Como punto final, se se–ala la excesiva incidencia de homicidios dolosos presentada en la Provincia de Lim—n durante el 2008 (101 v’ctimas), lo que representa casi una quinta parte del total de sucesos acontecidos en el territorio nacional, paralelo al continuo crecimiento mostrado en provincia durante el œltimo quinquenio (+90.5%). La tabla siguiente muestra los principales indicadores asociados al delito de homicidio doloso para el quinquenio 2004-2008.
Modelo de Indicadores sobre Homicidio Doloso
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Victimolog’a
Sin lugar a duda el 2008 queda en la historia de Costa Rica como el a–o m‡s incidente en materia de homicidios dolosos. Para tener una idea m‡s clara de la problem‡tica planteada para el presente a–o, se comentar‡ lo siguiente: a finales de la dŽcada de los noventa el nœmero de homicidios dolosos se manten’a entre 230 y 250 v’ctimas anuales, lo que estad’sticamente permit’a comparar esas cifras con otros tipos de muertes violentas como el suicidio, cuyos valores curiosamente se mov’an de manera casi paralela a los eventos dolosos; sin embargo, este œltimo tipo de crimen inicia a partir de los dos mil un ascenso inicialmente muy fuerte; a raz—n de 30 a 60 v’ctimas anuales m‡s por per’odo, mermando esta situaci—n para los a–os 2006 y 2007 a menos de 20 asesinatos m‡s por a–o, lo cual eventualmente permit’a hasta ese entonces pronosticar cierta estabilidad en el rubro de cr’menes; sin embargo, la realidad se enfoc— en otra direcci—n para el a–o 2008, dando como resultado un repunte de 143 asesinatos, pasando de 369 a 512. Este evento traza nuevas perspectivas respecto al a–o anterior, al pasar de un homicidio diario a 1.4 y de siete eventos semanales a diez, lo cual da paso a una nueva realidad nacional respecto a este tema y cuyos detalles se estar‡n ampliando m‡s adelante en este informe.
El siguiente cuadro muestra los registros absolutos y relativos de las v’ctimas de homicidio doloso para la œltima dŽcada.
Cuadro N¼ 1
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn sexo, durante el per’odo 1999-2008
A–o |
V’ctimas por Homicidio Doloso |
Sexo de las V’ctimas |
||||
Masculino |
% |
Femenino |
% |
|||
1999 |
250 |
216 |
86.4 |
34 |
13.6 |
|
2000 |
251 |
212 |
84.5 |
39 |
15.5 |
|
2001 |
257 |
225 |
87.5 |
32 |
12.5 |
|
2002 |
258 |
219 |
84.9 |
39 |
15.1 |
|
2003 |
300 |
254 |
84.7 |
46 |
15.3 |
|
2004 |
280 |
238 |
85.0 |
42 |
15.0 |
|
2005 |
338 |
278 |
82.2 |
60 |
17.8 |
|
2006 |
351 |
306 |
87.1 |
45 |
12.9 |
|
2007 |
369 |
332 |
89.9 |
37 |
10.1 |
|
2008 |
512 |
452 |
88.2 |
60 |
11.8 |
|
Es interesante apreciar como el importante aumento registrado en 2008 afect— m‡s la participaci—n porcentual femenina que la masculina, haciendo que la primera pasara de 10.1% a 11.8% y caso contrario, redujo la masculina de 89.9% a 88.2%. Entrando a analizar un poco m‡s a fondo lo acontecido, es posible ver como en tŽrminos absolutos el nœmero de mujeres asesinadas se increment— en 23 fŽminas, situaci—n que no se hab’a presentando en algœn otro per’odo con una cifra superior o igual a 20 o m‡s v’ctimas; lo anterior, a lo largo de la dŽcada presentada. En otras palabras, los homicidios de mujeres en Costa Rica se incrementaron en casi dos terceras partes respecto al a–o anterior, situaci—n que en mucho tubo que ver el fen—meno del Femicidio y Condici—n de GŽnero, a los que se les atribuye el 48.3% de esas muertes, lo cual se estar‡ detallando m‡s adelante. El siguiente gr‡fico muestra la distribuci—n seguida por estas tres variables (Total homicidios, hombres y mujeres), durante la œltima dŽcada.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El gr‡fico permite apreciar como la segunda barra en importancia y representada por los varones, asume proporcionalmente casi un 90.0% del total de eventos producidos en los diez a–os mostrados; no obstante, es igualmente sobresaliente la proporci—n prevista para los a–os 2005 y 2008, la cual es superior a las restantes mostradas en la dŽcada.
Multiplicidad en casos de homicidio doloso
Durante el per’odo analizado se contabiliza un total de 20 eventos homicidas mœltiples, ocho m‡s que en 2007, siendo esta la cifra de homicidios mœltiples m‡s alta registrada en un a–o. Profundizando un poco en el tema es posible establecer que de los 20 hechos comentados, 18 fueron de car‡cter doble; es decir, fallecen dos v’ctimas por evento; adem‡s, se present— uno de car‡cter qu’ntuple y otro m‡s con tres v’ctimas.
El evento m‡s preponderante ocurre el 30 de enero en una finca en el Cant—n de Corredores conocido como Fila de Cal, en cuyo caso una disputa entre narcotraficantes dio lugar a la ejecuci—n de cinco sujetos de nacionalidad paname–a, cada uno de ellos con m‡s de un disparo de arma de fuego en la cabeza.
Otro de los eventos relevantes por la cantidad de v’ctimas, se suscita a mediados de mayo en la zona de Garabito, propiamente en una zona mar’tima ubicada varios kil—metros mar adentro en las costas costarricenses, teniendo lugar un enfrentamiento entre narcotraficantes por un cargamento de droga, falleciendo en el lugar al menos tres individuos bajo esas circunstancias.
Otros cr’menes que impactaron a la sociedad costarricense lo constituyen el ocurrido el 20 de agosto en el Distrito de Pavas, siendo que un joven y una joven, ambos estudiantes son asesinados con arma de fuego y luego lanzados en lotes bald’os cercanos al Aeropuerto Tob’as Bola–os. Otro de los eventos con caracter’sticas muy similares al anterior, tiene lugar el 28 de octubre en el Cant—n de Escazœ, cuando tres compa–eras de trabajo, dos de ellas hermanas se dispon’an a retirarse del trabajo a sus casas de habitaci—n y son interceptadas por dos sujetos armados quienes las obligan a subir a un veh’culo y de ah’ son trasladadas a un lugar para ser abusadas sexualmente, siendo que los delincuentes disparan con intenci—n de acabar con la vida de las tres; sin embargo, en la acci—n quedan gravemente heridas en la cabeza dos de ellas y una fallece en v’a pœblica producto de la agresi—n del delincuente.
El siguiente cuadro resume la situaci—n acontecida en Costa Rica respecto a este tema a partir de 1999 y compara de forma absoluta el nœmero de casos por homicidio por el nœmero de v’ctimas que gener— cada uno.
Cuadro N¼ 2
Comparaci—n entre el nœmero de casos y v’ctimas por homicidio doloso ocurridos en Costa Rica durante el per’odo 1999-2008
A–o |
Casos por Homicidio Doloso |
V’ctimas por Homicidio Doloso |
Diferencia entre V’ctimas y Casos |
1999 |
245 |
250 |
5 |
2000 |
240 |
251 |
11 |
2001 |
251 |
257 |
6 |
2002 |
251 |
258 |
4 |
2003 |
292 |
300 |
8 |
2004 |
265 |
280 |
15 |
2005 |
300 |
338 |
38 |
2006 |
338 |
351 |
13 |
2007 |
357 |
369 |
12 |
2008 |
488 |
512 |
24 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Como era de esperar el aumento experimentado durante el 2008, da lugar a un importante repunte en la diferencia entre v’ctimas y casos (24), valor que duplica al obtenido tan solo un a–o atr‡s (12); sin embargo, la cifra registrada en 2008 se ubica como la segunda en relevancia en los diez a–os presentados, siendo superada œnicamente por el rubro del a–o 2005 (38).
A continuaci—n se muestra un cuadro que resume la relaci—n entre el nœmero de hombres y mujeres asesinadas en suelo costarricense.
Cuadro N¼ 3
Relaci—n entre el nœmero de v’ctimas masculinas versus femeninas durante el per’odo 1999-2008
A–os |
Nœmero de V’ctimas Masculinas |
1999 |
6.4 |
2000 |
5.4 |
2001 |
7.2 |
2002 |
6.0 |
2003 |
5.5 |
2004 |
5.7 |
2005 |
4.6 |
2006 |
6.8 |
2007 |
9.0 |
2008 |
7.5 |
DŽcada |
6.3 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Durante el 2008 la relaci—n de fallecimientos por homicidio doloso entre hombres y mujeres baj— de 9.0 a 7.5, en otras palabras la brecha entre hombres y mujeres se redujo levemente de tal forma que hubo 7.5 asesinatos de varones por cada mujer fallecida. Por su parte, la relaci—n para la dŽcada se ubica 1.2 hombres menos por cada mujer respecto al 2008, lo que permite establecer que durante los œltimos a–os de la presente dŽcada se ha distanciado un poco m‡s la cantidad de v’ctimas entre hombres y mujeres.
A continuaci—n se muestra un cuadro con las tasas por 100 mil habitantes de personas asesinadas en Costa Rica, por sexo de la v’ctima para el per’odo 1999-2008.
Cuadro N¼ 4
Tasa de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn sexo, durante el per’odo 1999-2008
A–o |
Poblaci—n Estimada al 30 junio |
Tasa por 100.000 habitantes |
||
Total |
Hombres |
Mujeres |
||
2004 |
4.158.758 |
6.7 |
11.3 |
2.0 |
2005 |
4.215.569 |
8.0 |
13.0 |
2.9 |
2006 |
4.269.884 |
8.2 |
14.1 |
2.1 |
2007 |
4.325.540 |
8.5 |
15.1 |
1.7 |
2008 |
4.381.987 |
11.7 |
20.3 |
2.8 |
Nota: El dato de la poblaci—n, fue extra’do del documento ÒPoblaci—n cerrada por sexo, segœn provincia,
cant—n y distrito al 30 de junioÓ del Instituto Nacional de Estad’stica y Censos de Costa Rica.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Uno de los aspectos m‡s sobresalientes del an‡lisis lo constituye la tasa por cien mil habitantes de muertes por homicidio doloso.
Este indicador permite relacionar estad’sticamente el impacto que tiene esta problem‡tica sobre la poblacional nacional, de tal forma permite medir el volumen de asesinatos en estratos de 100 mil individuos y al mismo tiempo otorga la posibilidad de comparar internacionalmente la situaci—n nacional.
Espec’ficamente el caso de Costa Rica, se resume durante el œltimo quinquenio en tres fases f‡cilmente identificables, as’ pues es posible establecer que con anterioridad al 2005 los valores de la tasa se ubicaban por debajo de ocho por cada cien mil habitantes, situaci—n que cambia a partir del citado a–o, en cuyo caso los valores inician un crecimiento lento pero continuo hasta el a–o 2007, ubic‡ndose entre ocho y ocho punto cinco por cien mil; no obstante, la situaci—n var’a radicalmente al obtenerse 11.7 individuos en 2008, cifra nunca antes registrada y que por primera vez supera los dos d’gitos.
Lo anterior, segœn se puede apreciar en el cuadro N¡4, afect— proporcionalmente m‡s al sexo masculino que al femenino, haciendo que el primero obtuviera su valor m‡s alto (20.3), no as’ el caso de las mujeres, quienes a pesar de crecer en 1.1 individuos respecto al a–o anterior (1.7), su peso respecto a los restantes del quinquenio se ubic— en un segundo lugar despuŽs del valor obtenido para 2005.
A continuaci—n, se presenta una gr‡fica que da seguimiento a los œltimos diez a–os respecto a la tasa general y por sexo.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Los valores obtenidos durante el 2008 se sitœan con excepci—n de la tasa femenina, como los m‡s importantes de los œltimos diez a–os, resaltando un importante incremento en la tasa general, la cual pas— de su anterior valor m‡ximo 8.2 a 11.7; en otras palabras, se increment— 3.5 individuos en el tŽrmino de un a–o, obteniendo por primera vez una cifra de dos d’gitos.
El comportamiento mostrado en la gr‡fica anterior, es claro indicador que la tasa general es b‡sicamente influenciada en raz—n de las v’ctimas masculinas para el per’odo estudiado; lo anterior, es f‡cilmente demostrable al apreciar el incremento en tasa homicida varonil, la cual pas— de 15.1 a 20.3, es decir 5.2 m‡s que el a–o anterior. De forma antepuesta, la tasa femenina se ha mantenido pr‡cticamente estable oscilando entre una y menos de tres fŽminas por cada cien mil que habitan en el territorio nacional.
A continuaci—n se desglosa la cantidad de homicidios ocurridos mensualmente de manera comparativa, para los a–os 2007 y 2008.
Cuadro N¼ 5
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn mes en que ocurri— el evento, durante los a–os 2007 y 2008
Mes |
A–o |
|
2007 |
2008 |
|
Total |
369 |
512 |
Enero |
18 |
41 |
Febrero |
36 |
31 |
Marzo |
34 |
36 |
Abril |
33 |
24 |
Mayo |
23 |
40 |
Junio |
20 |
48 |
Julio |
36 |
40 |
Agosto |
27 |
55 |
Setiembre |
36 |
46 |
Octubre |
41 |
49 |
Noviembre |
36 |
39 |
Diciembre |
29 |
63 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Los datos presentados permiten apreciar sutilmente la distribuci—n del incremento presentado durante el 2008 (143 m‡s), de tal forma que es posible identificar algunos meses en que la incidencia de asesinatos alcanza niveles sin precedentes en la historia de este pa’s, este es el caso de diciembre, en donde se registran 63 homicidios, es decir 34 m‡s que en 2007, creciendo en m‡s de un 100% respecto al a–o anterior; adem‡s; signific— en promedio dos homicidios diarios durante ese festivo mes. Una situaci—n muy similar acontece en agosto (segundo en importancia) al registrar 55 eventos y un aumento de 28 cr’menes m‡s. Continuando en orden descendente se encuentra octubre (49) y junio (48), los cuales se incrementan en ocho y 28 muertes m‡s respectivamente.
Seguidamente se hace alusi—n a la distribuci—n de los homicidios de conformidad con el d’a de la semana en que fueron perpetrados.
Cuadro N¼ 6
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn d’a de la semana en que ocurri— el evento, durante el 2007 y 2008
D’a de la Semana |
A–o |
||||
2007 |
2008 |
||||
Abs. |
Rel. |
Abs. |
Rel. |
||
Total |
369 |
100% |
512 |
100% |
|
Lunes |
47 |
12.7 |
66 |
12.9 |
|
Martes |
37 |
10.1 |
66 |
12.9 |
|
MiŽrcoles |
41 |
11.1 |
72 |
14.1 |
|
Jueves |
48 |
13.0 |
56 |
10.9 |
|
Viernes |
47 |
12.7 |
65 |
12.7 |
|
S‡bado |
59 |
16.0 |
84 |
16.4 |
|
Domingo |
90 |
24.4 |
103 |
20.1 |
|
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El comportamiento de acuerdo al d’a de la semana en que tuvieron lugar los asesinatos, permite deducir que el Domingo es el m‡s propensos a la ocurrencia de un evento de esta naturaleza, pues sin excepci—n tanto para el 2007 como para el 2008, no existe algœn otro d’a de la semana que absorba 20 o m‡s por ciento de los sucesos ocurridos.
Los d’as que m‡s variaron ascendentemente en 2008 fue el martes con 2.8% m‡s y el miŽrcoles con 3.0%, de forma contraria el d’a jueves fue el que disminuy— m‡s su participaci—n porcentual (-2.1%).
Cuadro N¼ 7
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn clasificaci—n semanal, durante el 2007 y 2008
Clasificaci—nSemanal |
A–o |
|||
2007 |
2008 |
|||
Abs. |
Rel. |
Abs. |
Rel. |
|
Total |
369 |
100% |
512 |
100% |
Entre Semana |
173 |
46.9 |
260 |
50.8 |
Fin de Semana |
196 |
53.1 |
252 |
49.2 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
La distribuci—n de los homicidios perpetrados sea en fin o durante el transcurso de la semana, permite establecer para el caso del 2007, una leve inclinaci—n hacia los fines de semana (53.1%); sin embargo, esa situaci—n tras la finalizaci—n del per’odo 2008 no se mantuvo del todo igual, pues los valores tendieron a concentrarse casi en partes iguales segœn lo muestra el cuadro N¡7, d‡ndose una leve desviaci—n de la distribuci—n hacia los homicidios perpetrados entre semana (50.8%).
Cuadro N¼ 8
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn intervalo de tiempo en que se gener— el evento, durante el per’odo 2007-2008
Intervalos de Tiempo |
A–o |
|||
2007 |
2008 |
|||
Abs |
Rel |
Abs |
Rel |
|
Total |
369 |
100% |
512 |
100% |
6:00 am - 11:59 am |
58 |
15.7 |
54 |
10.5 |
12:00 pm - 5:59 pm |
68 |
18.4 |
95 |
18.6 |
6:00 pm - 11:59 pm |
127 |
34.4 |
211 |
41.2 |
12:00 am - 5:59 am |
116 |
31.5 |
152 |
29.7 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Durante el 2008 se presenta una distribuci—n de los eventos muy similar a la registrada en 2007, de tal forma que los horarios m‡s relevantes continœan siendo el comprendido entre las 18:00 y las 23:59 horas, el cual absorbi— durante el per’odo estudiado dos quintas partes del total (41.2%), a diferencia de una tercera parte que hab’a comprendido en el 2007.
Un segundo intervalo en importancia se constituye entre las cero y 05:59 horas de la madrugada y ma–ana, abarcando casi un 30% de los eventos. El horario que comprende la mayor parte de la ma–ana, es decir de seis a once y cincuenta y nueve horas ha sido en los œltimos dos a–os el de menor incidencia en la ejecuci—n de homicidios; sin embargo, durante el 2008 experimenta adem‡s un importante descenso respecto al 2007 (-5.2%).
A continuaci—n se detalla la distribuci—n de los homicidios, segœn provincia de ocurrencia para el œltimo quinquenio.
Cuadro N¼ 9
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn provincia de ocurrencia, durante el per’odo 2004-2008
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.La totalidad de las provincias experimentan durante el 2008 un incremento en el nœmero de homicidios dolosos. Algunas como es el caso de San JosŽ y Lim—n, logran superar algunos l’mites en raz—n de los valores obtenidos en el pasado; as’ por ejemplo, San JosŽ supera los 200 homicidios y Lim—n la barrera de los 100 eventos anuales.
Otras provincias registran importantes incrementos en 2008, este es el caso de Cartago (17 m‡s), provincia que durante el 2007 experiment— un descenso importante respecto al tema (7 eventos); sin embargo, durante el 2008 registra la segunda cifra m‡s alta del quinquenio (24 v’ctimas).
Puntarenas denota un importante crecimiento, al pasar de 40 a 64 asesinatos, sea 24 m‡s, tendencia que le ha permitido colocarse durante los œltimos cuatro a–os como la tercer provincia con el mayor volumen de homicidios dolosos.
Heredia es la provincia con la incidencia m‡s baja del pa’s, al promediar para el quinquenio 19.8 eventos y una participaci—n porcentual inferior al 10.0%.
A pesar de lo anterior, es dable se–alar que la situaci—n para el a–o analizado fue de car‡cter ascendente, pues registra un repunte de cuatro homicidios m‡s que en 2007. El siguiente cuadro permite apreciar los valores tasados por 100 mil habitantes para las provincias del pa’s al 30 de junio del 2007 y 2008.
Cuadro N¼ 10
Tasa de casos y personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn provincia de ocurrencia, durante los a–os 2007 y 2008
Provincia |
Poblaci—n |
Tasa por 100.000 habitantes |
||||
30-06-07 |
30-06-08 |
Casos |
V’ctimas |
|||
2007 |
2008 |
2007 |
2008 |
|||
Total |
4.325.540 |
4.381.987 |
8.2 |
11.1 |
8.5 |
11.7 |
San JosŽ |
1.513.899 |
1.530.781 |
11.2 |
14.3 |
11.6 |
14.9 |
Alajuela |
815.386 |
826.771 |
4.5 |
5.7 |
4.5 |
5.9 |
Cartago |
486.733 |
492.316 |
1.4 |
4.9 |
1.4 |
4.9 |
Heredia |
401.391 |
406.237 |
4.5 |
5.4 |
4.5 |
5.4 |
Guanacaste |
301.082 |
305.818 |
5.6 |
7.8 |
5.6 |
7.8 |
Puntarenas |
411.424 |
417.891 |
9.2 |
13.4 |
9.7 |
15.3 |
Lim—n |
395.625 |
402.173 |
17.9 |
23.9 |
18.7 |
25.1 |
Se utiliz— para el c‡lculo, la poblaci—n del documento ÒPoblaci—n total cerrada por sexo, segœn provincia, cant—n y distrito al 30 de junioÓ, del Instituto Nacional de Estad’stica y CensosÓ Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El cuadro N¡10 permite apreciar la distribuci—n de la tasa provincial por cien mil habitantes, en la cual es posible apreciar como Lim—n es la zona que concentra la mayor cantidad de asesinatos por volumen de su poblaci—n, de tal forma que al menos 25 de cada cien mil de sus habitantes fallecen como consecuencia de un homicidio. En torno a este tema en particular es dable se–alar el importante crecimiento de la tasa, la cual pas— de 18.7 a 25.1 en tŽrminos de v’ctimas y de 17.9 a 23.9 en cuanto ha eventos particularmente se refiere. Aunado a lo anterior, es importante destacar que esta provincia es la œnica a nivel nacional que supera tanto en casos como en v’ctimas la proporci—n de veinte o m‡s cr’menes por cien mil de sus habitantes.
A diferencia de lo acontecido en 2007, la Provincia de Puntarenas se ubic— como la segunda en importancia respecto a las tasas homicidas, registrando 13.4 en casos y 15.3 en v’ctimas, superando levemente (0.4) a San JosŽ respecto a este œltimo rubro. De acuerdo con los registros hist—ricos para esta provincia, se establece que ambas tasas son las m‡s altas antes registradas para esta zona del pa’s. Adem‡s, es relevante acotar como parte de un fen—meno nuevo, el hecho de que para el 2008 son las dos provincias portuarias de Costa Rica las que toman los primeros lugares respecto a este indicador.
San JosŽ por su parte, experimenta un repunte igualmente importante respecto al 2007, sobresaliendo la tasa de v’ctimas, la cual pas— de 11.6 a 14.9, es decir 3.3 m‡s en tan solo un per’odo anual, lo que permite deducir una vez validada la cantidad poblacional que acoge, que es la ciudad capital el principal foco de atenci—n de investigaciones por homicidio en tŽrminos absolutos y tercero respecto al impacto que estas muertes guardan sobre su poblaci—n.
Cartago continœa siendo la provincia con la menor tasa (4.9) y como caracter’stica adicional se a–ade que no presenta diferencias en sus tasas para casos y v’ctimas entre un per’odo y otro. No obstante, sobresale el incremento experimentado respecto al a–o anterior es definitivamente notable (+3.5).
Finalmente, se comenta el crecimiento tasado tanto en casos como en v’ctimas para la Provincia de Guanacaste, el cual fue de 2.2 victimas m‡s por cada 100 mil de sus habitantes, ubic‡ndola por encima de provincias como Alajuela, Cartago y Heredia.
De seguido se presenta un cuadro que resume el comportamiento para un quinquenio de los cantones m‡s representativos en torno a este tema, en relaci—n con la provincia a la que pertenecen.
Cuadro N¼ 11
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn provincia y cant—n de mayor incidencia por promedio y porcentaje de participaci—n, durante el per’odo 2004-2008
Provincia/Cant—n |
V’ctimas por Homicidio Doloso |
|||||||||||||||||
Total |
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
Promedioanual |
% sobre la provincia2008 |
|||||||||||
San JosŽ |
824 |
120 |
156 |
144 |
176 |
228 |
164.8 |
- |
||||||||||
Cant—n Central |
342 |
42 |
91 |
46 |
66 |
97 |
68.4 |
42.5 |
||||||||||
Desamparados |
99 |
18 |
12 |
23 |
18 |
28 |
19.8 |
12.3 |
||||||||||
Goicoechea |
88 |
10 |
16 |
17 |
27 |
18 |
17.6 |
7.9 |
||||||||||
Tib‡s |
78 |
13 |
9 |
14 |
12 |
30 |
15.6 |
13.1 |
||||||||||
Alajuelita (*) |
60 |
- |
- |
- |
17 |
15 |
12.0 |
6.6 |
||||||||||
Alajuela |
186 |
32 |
36 |
32 |
37 |
49 |
37.2 |
- |
||||||||||
Central Alajuela |
91 |
16 |
19 |
17 |
15 |
24 |
18.2 |
49.0 |
||||||||||
San Carlos |
34 |
8 |
6 |
5 |
8 |
7 |
6.8 |
14.3 |
||||||||||
Cartago |
82 |
13 |
20 |
18 |
7 |
24 |
16.4 |
- |
||||||||||
Central Cartago |
28 |
5 |
8 |
6 |
3 |
6 |
5.6 |
25.0 |
||||||||||
La Uni—n |
23 |
3 |
5 |
6 |
2 |
7 |
4.6 |
29.2 |
||||||||||
El Guarco (*) |
7 |
0 |
2 |
0 |
0 |
5 |
1.4 |
20.8 |
||||||||||
Heredia |
99 |
22 |
16 |
21 |
18 |
22 |
19.8 |
- |
||||||||||
Central Heredia |
35 |
4 |
6 |
6 |
9 |
10 |
7.0 |
45.4 |
||||||||||
Sarapiqu’ |
22 |
3 |
6 |
2 |
4 |
7 |
4.4 |
31.8 |
||||||||||
Guanacaste |
97 |
11 |
16 |
29 |
17 |
24 |
19.4 |
- |
||||||||||
Liberia |
23 |
3 |
2 |
7 |
3 |
8 |
4.6 |
33.3 |
||||||||||
Santa Cruz |
18 |
1 |
5 |
6 |
2 |
4 |
3.6 |
16.7 |
||||||||||
Puntarenas |
200 |
19 |
37 |
40 |
40 |
64 |
40.0 |
- |
||||||||||
Central Puntarenas |
77 |
14 |
21 |
10 |
14 |
18 |
15.4 |
28.1 |
||||||||||
Corredores |
38 |
3 |
5 |
9 |
8 |
13 |
7.6 |
20.3 |
||||||||||
Garabito (*) |
20 |
1 |
2 |
3 |
3 |
11 |
4.0 |
17.2 |
||||||||||
Lim—n |
352 |
53 |
57 |
67 |
74 |
101 |
70.4 |
- |
||||||||||
Central Lim—n |
173 |
28 |
22 |
40 |
34 |
49 |
34.6 |
48.5 |
||||||||||
Pococ’ |
64 |
6 |
10 |
12 |
16 |
20 |
12.8 |
19.8 |
||||||||||
Siquirres |
32 |
4 |
10 |
4 |
6 |
8 |
6.4 |
7.9 |
||||||||||
Talamanca |
34 |
3 |
9 |
5 |
9 |
8 |
6.8 |
7.9 |
||||||||||
Matina (*) |
39 |
9 |
5 |
4 |
8 |
13 |
7.8 |
12.9 |
||||||||||
(*) Estos cantones sobresalen por su incidencia en el a–o 2008, no necesariamente en el resto del quinquenio mostrado.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.San JosŽ
Es la provincia con la tercera tasa homicida por cien mil habitantes m‡s importante a nivel nacional (14.9) y responsable de aportar dos quintas partes del total de homicidios ocurridos en el territorio nacional, promediando durante el œltimo quinquenio 164.8 fallecimientos anuales, lo que la convierte en la m‡s afectada en tŽrminos absolutos. Entre los cantones m‡s incidentes destacan los cuatro se–alados en el cuadro anterior; sin embargo, entre ellos sobresale el Central con un total de 97 v’ctimas, un promedio quinquenal de 68.4 y una participaci—n relativa sobre su provincia del 42.5%; en otras palabras, dos de cada cinco homicidios ocurridos en San JosŽ tuvieron lugar en el citado cant—n. Tib‡s por su parte, es el segundo a resaltar durante el 2008, pues registra una cifra sin precedentes (30 fallecimientos), lo cual elev— su participaci—n a m‡s de un diez por ciento (13.1%), quedando claramente establecido que este cant—n pas— a ser uno de los m‡s problem‡ticos en materia de homicidios dolosos, debido como ya se se–al— a algunos focos muy bien identificados como es el caso del Distrito de Le—n XIII y su aporte a la problem‡tica (40.0%). Goicoechea experimenta para el presente a–o una importante disminuci—n respecto al a–o anterior (9 muertes); sin embargo, al analizar las cifras del quinquenio se hace evidente que lejos de disminuir parece volver a los niveles que promediaba con anterioridad al 2007.Alajuela
Registra para el per’odo un incremento 12 asesinatos, mismos que se reflejan con mayor fuerza sobre el cant—n central de la provincia (+9), esta situaci—n genera por primera vez en los cinco a–os analizados, que dicho cant—n absorbiera casi la mitad (49.0%) de los eventos acontecidos, situaci—n que como puede apreciarse en el cuadro N¡11 no es la regla en tŽrmino de la participaci—n de los cantones centrales en relaci—n a su provincia.Cartago
Es hoy en d’a una de las tres provincias menos propensas a la ocurrencia de eventos de esta ’ndole; sin embargo, experimenta en 2008 un repunte de 17 homicidios apart‡ndose de lo registrado tan solo un a–o atr‡s (7 v’ctimas). Su promedio para el quinquenio es el m‡s bajo a nivel nacional (16.4) y entre los cantones que m‡s destacan esta La Uni—n con un total de siete fallecimientos, siendo esta la cifra m‡s alta registrada por este cant—n en el per’odo mostrado. Por su parte, El Guarco sobresale en raz—n de una cifra sin precedentes para ese tranquilo distrito (5 muertes).Heredia y Guanacaste
Se agrupan en un solo comentario debido a la similitud de sus caracter’sticas; as’ por ejemplo, las cifras absolutas para el 2008 se diferenciaron en dos eventos y su promedio pr‡cticamente es el mismo para el quinquenio. Algunas diferencias entre s’ radican en la participaci—n de sus cantones, en cuyo caso el Central de Heredia absorbe un 45.4% de los eventos, mientras que Liberia representa una tercera parte del total de cr’menes cometidos en Guanacaste.Puntarenas
En 2008 toma por primera vez una segunda posici—n respecto a la tasa por cien mil habitantes (15.3), constituyendo este el evento m‡s relevante a destacar para esta provincia portuaria. Lo anterior, se produce como consecuencia del incremento de 20 homicidios respecto al a–o anterior, lo que elev— el promedio a 40 fallecimientos anuales. El cant—n central continœa siendo el mayor accionista en materia de este tipo de muertes, promediando 15.4 y acumulando una participaci—n relativa del 28.1% para el 2008. Sin embargo, el factor m‡s relevante fue aportado por un cant—n con un perfil muy bajo si lo analizamos con anterioridad al 2008; este es el caso de Garabito, al cual se le adjudican once cr’menes, ocho de ellos propiamente en Jaco y los restantes en T‡rcoles, cinco de ellos (45.4%) asociados a una presunci—n de sicariato, adem‡s, el 72.7% de los eventos ocurridos en ese cant—n se efectuaron con armas de fuego.Lim—n
Es la zona del territorio nacional con la mayor problem‡tica en tŽrminos poblacionales (25.1 por 100 mil). Durante el 2008 se genera un repunte de 15 eventos m‡s respecto al 2007 y se recalcula el promedio para la provincia en 70.4 y en 34.6 para su cant—n central, lo cual dicho sea de paso sirve de escenario para casi la mitad (48.5%) de los homicidios perpetrados en esa provincia durante el per’odo analizado. Entre los aspectos m‡s sobresalientes asociados a la naturaleza de los cr’menes cometidos en Lim—n, destacan los siguientes: la ri–a, problema personal y venganzas, representan de forma conjunta los m—viles o causas m‡s frecuentes en la ejecuci—n de homicidios dolosos en esa zona del territorio nacional, de forma tal que el 44.6% de los eventos est‡n relacionados a estos temas. De manera independiente el Asalto se ubica como la causa m‡s incidente entre los homicidios cometidos en Lim—n, sobresaliendo aquellos contra taxistas formales e informales. De igual forma los problemas por droga sumaron 12 asesinatos, siete m‡s asociados con Femicidio y Condici—n de GŽnero y en cuatro m‡s se presume el sicariato como m—vil del evento. Seguidamente se separan los diez cantones con la mayor incidencia para el 2008 y su respectiva tasa por diez1milhabitantes.Cuadro N¼ 12
Tasa por 10 mil habitantes de personas fallecidas por Homicidio Doloso en Costa Rica, segœn los diez cantones de mayor incidencia, durante el 2008
Cant—n |
Poblaci—n 30-06-08 |
Nœmero de Asesinatos |
Tasa por 10.000 Habitantes |
Central San JosŽ |
352.366 |
97 |
2.7 |
Central Lim—n |
106.356 |
49 |
4.6 |
Goicoechea |
131.529 |
18 |
1.4 |
Desamparados |
221.346 |
28 |
1.3 |
Pococ’ |
121.735 |
20 |
1.6 |
Central Alajuela |
255.598 |
24 |
0.9 |
Central Puntarenas |
118.928 |
18 |
1.5 |
Tib‡s |
81.478 |
30 |
3.7 |
Alajuelita |
81.721 |
15 |
1.8 |
Matina |
39.961 |
13 |
3.2 |
Corredores |
44.180 |
13 |
2.9 |
Se utiliz— para el c‡lculo, la poblaci—n del documento ÒPoblaci—n total cerrada por sexo, segœn provincia,
cant—n y distrito al 30 de junioÓ,del Instituto Nacional de Estad’stica y CensosÓ
Elaborado por: Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
(1) En tŽrminos generales destaca la participaci—n entre los cantones m‡s representativos del pa’s, aquellos que pertenecen a la Provincia de San JosŽ con un total de cinco, sobresaliendo entre ellos Tib‡s, el cual acumul— 30 homicidios y obtuvo una tasa de 3.7 por cada diez mil habitantes, coloc‡ndose como el m‡s representativo para esa provincia y el segundo en importancia a nivel nacional. En torno a esta zona de la ciudad capital es dable se–alar que su incidencia se ve afectada de manera importante por el aporte del Distrito de Le—n Trece, el cual para el 2008 aport— doce de los treinta homicidios efectuados en ese cant—n, lo que representa dos quintas partes. En este sentido es igualmente destacable la naturaleza de los eventos perpetrados en ese lugar, siendo la mayor’a de ellos generados en raz—n de una ri–a (4), ajuste de cuentas por problemas personales (2) o venganzas (2); adem‡s de dos cr’menes bajo la presunci—n de sicariato. El uso de armas de fuego en los homicidios efectuados en ese distrito comprende el 83.3%, aunado a esto es fehaciente el uso de armas prohibidas como subametralladoras autom‡ticas y semiautom‡ticas.
(2) Otro aspecto a destacar durante el a–o 2008 y asociado a la Provincia de San JosŽ es la tasa para su cant—n central, la cual creci— de manera extraordinaria al pasar de 1.9 en 2007 a 2.7 en 2008. En torno a esta situaci—n se establece que algunos distritos pertenecientes a ese cant—n, mostraron un crecimiento importante en su incidencia, lo cual provoc— un efecto disparador en la tasa; este es el caso de los distritos Uruca, Pavas y Hospital, quienes en su respectivo orden registraron 21, 21 y 18 v’ctimas, valores que en suma representan dos terceras partes del total de asesinatos ocurridos en el Cant—n Central de San JosŽ.
(3) Lim—n constituye el otro frente de incidencia m‡s participativo con un total de tres cantones, estos son: Central Lim—n, que dicho sea de paso es el m‡s importante en tŽrminos poblacionales a nivel nacional, al registrar una tasa de 4.6 asesinatos por cada diez mil habitantes, seguido por Matina con una tasa de 3.2, ubic‡ndose como el tercero en importancia y Pococ’ con 1.6 por diez mil. El aporte de estos tres cantones hacen de la Provincia de Lim—n la zona m‡s propensa a la ocurrencia de un delito de esta naturaleza.
(4) La Provincia de Puntarenas aporta los restantes cantones m‡s incidentes en tŽrminos poblacionales, siendo Corredores el m‡s afectado con una tasa de 2.9 homicidios, equipar‡ndose en tŽrminos absolutos con Matina (13 v’ctimas); no obstante, en tŽrminos de tasa es el Cant—n Central de San JosŽ quiŽn m‡s se le asemeja (2.7).
(5) A pesar de colocarse durante el 2008 como uno de los cantones con mayor nœmero de homicidios dolosos (24), el Cant—n Central de Alajuela en raz—n de su alta densidad poblacional no logro ubicarse entre los cantones con las tasas m‡s altas del pa’s, lejos de esto se consolid— con la m‡s baja (0.9) entre los diez cantones con la mayor incidencia.
An‡lisis de la Ubicaci—n del Sitio del Suceso
Durante el 2008 el mayor nœmero de asesinatos tienen lugar en zonas pœblicas como calles (188) y aceras (64), sumando pr‡cticamente la mitad de los sucesos (49.2%). Al comparar las cifras anotadas con las registradas en 2007 es posible apreciar un incremento de 32 y 21 homicidios m‡s respectivamente.
Los eventos ejecutados dentro de casas de habitaci—n y apartamentos crecieron en doce v’ctimas respecto al 2007, siendo esta la segunda ubicaci—n del sitio del suceso m‡s comœn para este tipo de muertes dolosas.
Cuadro N¼ 13
Distribuci—n absoluta y por sexo del nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn ubicaci—n del sitio del suceso, durante el 2008
Ubicaci—n del Suceso |
Sexo |
||
Total |
Masc |
Fem |
|
Total |
512 |
452 |
60 |
En v’a pœblica 1 |
287 |
260 |
27 |
En casas o apartamentos2 |
95 |
71 |
24 |
Dentro de local comercial |
69 |
64 |
5 |
Fincas o propiedades privadas3 |
28 |
27 |
1 |
Dentro de un veh’culo |
24 |
22 |
2 |
Fincas o propiedades pœblicas |
7 |
6 |
1 |
Centro Penitenciario |
2 |
2 |
- |
Incluye zonas de acceso pœblico como aceras, calles, parques, lotes bald’os, quebradas, r’os, posas, plazas de deportes; entre otras.
Con anterioridad al 2006 las casillas ÒDentro de un veh’culo, Centro Penitenciario y Fincas o propiedades pœblicasÓ
est‡n incluidas en Fincas y propiedades privadas, incluye hoteles, apartoteles, moteles.
Incluye veh’culos, empresas privadas y pœblicas, colegios, escuelas, etc.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.(6) Continuando en orden descendente se tiene que los bares se constituyen como el tercer escenario m‡s frecuentemente anotado en los registros estad’sticos como sitio del suceso; para el caso del 2008 la cifra de estos incidentes ascendi— a 32 muertes, 29 m‡s que el a–o anterior. Otros sitios con incidencias importantes fueron los locales comerciales con un total de 28 asesinatos y una participaci—n del 5.5%, adem‡s en una finca y dentro de un veh’culo con 24 y 23 v’ctimas respectivamente.
El robo se constituye en Costa Rica como la causa de homicidio m‡s incidente, en el 2008 se registran 116 fallecimientos por este concepto, es decir 38 m‡s que en 2007, lo que equivale a un crecimiento del orden de 32.7%, en otras palabras creci— en una tercera parte. El siguiente cuadro tiene como objetivo mostrar los diferentes tipos de escenario donde se presentan estas muertes, tanto para el 2007 como para el 2008.
Cuadro N¡ 14
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, en la modalidad de robo o asalto, por sexo y ubicaci—n del sitio del suceso, para los a–os 2007 y 2008
Ubicaci—n del Suceso |
A–o |
|||||
2007 |
2008 |
|||||
Total |
Masc |
Fem |
Total |
Masc |
Fem |
|
Total |
78 |
73 |
5 |
116 |
107 |
9 |
En v’a pœblica 1 |
45 |
44 |
1 |
63 |
58 |
5 |
En casas o apartamentos2 |
12 |
9 |
3 |
25 |
22 |
3 |
Dentro de local comercial |
9 |
9 |
- |
11 |
10 |
1 |
Dentro de un veh’culo o autobœs |
6 |
6 |
- |
8 |
8 |
- |
Fincas o propiedades pœblicas |
4 |
3 |
1 |
5 |
5 |
- |
Fincas o propiedades privadas3 |
2 |
2 |
- |
4 |
4 |
- |
Incluye zonas de acceso pœblico como aceras, calles, parques, lotes bald’os, quebradas, r’os, posas, plazas de deportes; entre otras.
ncluye hoteles, apartoteles, moteles.
Incluye empresas privadas y pœblicas, colegios, escuelas, bares, etc.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.(1) El cuadro anterior permite determinar que el incremento experimentado en los homicidios por robo u asalto se reflej— con m‡s fuerza en aquellos cometidos en lugares pœblicos, como es el caso de la v’a pœblica, categor’a que paso de 45 a 63 eventos en un a–o, es decir 18 v’ctimas m‡s, lo que porcentualmente significa 41.9% m‡s.
(2) Los asesinatos perpetrados en casas de habitaci—n u apartamentos alcanzaron las 13 muertes durante el 2008, recayendo la mayor proporci—n sobre el grupo masculino (13 m‡s).
(3) Las restantes ubicaciones se–aladas en el cuadro no experimentan ascensos importantes, siendo estos m‡s bien de car‡cter leve, oscilando entre uno y dos sucesos m‡s entre un per’odo y otro.
El siguiente cuadro evidencia las causas o motivos m‡s frecuentes que los delincuentes tienen al momento de cometer un homicidio por robo o asalto.
Cuadro N¡ 15
Distribuci—n absoluta y relativa del nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, bajo la modalidad de asalto, segœn objetivo del homicida para los a–os 2007 y 2008
Homicidios Dolosos por Asalto |
||||
Objetivo del Homicida |
2007 |
2008 |
||
Total |
78 |
100% |
116 |
100% |
Veh’culo |
8 |
10.3 |
11 |
9.4 |
Motocicleta |
3 |
3.8 |
3 |
2.6 |
Herramientas o electrodomŽsticos, menaje |
6 |
7.7 |
12 |
10.3 |
Pertenencias portables |
17 |
21.8 |
32 |
27.6 |
Dinero en efectivo |
31 |
39.8 |
37 |
31.9 |
Arma de fuego |
3 |
3.8 |
9 |
7.8 |
Bicicleta |
- |
- |
1 |
0.9 |
Joyas |
1 |
1.3 |
- |
- |
Loter’a |
1 |
1.3 |
- |
- |
Ropa |
1 |
1.3 |
- |
- |
Computadora port‡til |
3 |
3.8 |
- |
- |
TelŽfono celular/ ipods |
4 |
5.1 |
8 |
6.9 |
Droga |
- |
- |
3 |
2.6 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Los homicidas que intentan asaltar a un ciudadano y acaban con la vida de Žste, tienen entre sus principales objetivos quitar el dinero en efectivo de sus v’ctimas, ocurriendo esto en m‡s de un 30.0% de los casos, seguido muy de cerca (27.6%) por el robo de pertenencias portables, siendo que ambos rubros crecieron en tŽrminos absolutos respecto al a–o anterior.
Los homicidios que tienen como prop—sito delincuencial el robar menaje de las casas de habitaci—n se duplicaron durante el 2008, pasando de seis a doce, aconteciendo una situaci—n similar con los ataques principalmente a guardas de seguridad con el prop—sito de robarles el arma de fuego, mismos que crecieron en seis eventos.
Algunos homicidios son particularmente m‡s sobresalientes que otros en raz—n de la insignificancia material que representa el objetivo del delincuente; as’ por ejemplo, la pŽrdida de una vida humana por el simple hecho de robar un telŽfono celular, un ipod, o una bicicleta se encuentran entre los m‡s destacables; solo en el 2008 fueron asesinadas siete personas al intentar robarles el telŽfono celular, uno m‡s por un ipod y otro m‡s por una bicicleta
An‡lisis de la carga de trabajo en las dependencias del Organismo de Investigaci—n Judicial
A continuaci—n se detalla por dependencia del O.I.J. y el Ministerio Pœblico el nœmero de casos por homicidio doloso atendidos durante el 2008, as’ como la variaci—n registrada con el a–o anterior.
Cuadro N¡ 16
Nœmero de casos por Homicidio Doloso, segœn instancia del Poder Judicial que tramit— el caso, durante el 2008
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Al analizar el incremento experimentado durante el 2008 en tŽrminos de investigaciones realizadas, es posible concluir que las Delegaciones, conformadas por un total de diez dependencias, son las que absorben como categor’a de oficina el mayor volumen de casos (202) y de paso registran el mayor aumento entre un per’odo y otro (+59). Respecto al trabajo realizado por estas oficinas es dable rescatar los aportes dados por Lim—n, con un total de 61 investigaciones, seguida por Alajuela (24) y Pococ’ (23), mismas que en conjunto aportaron poco m‡s de la mitad (53.5%) de los casos atendidos por este tipo estructuras organizativas del O.I.J. Otro aspecto a comentar, es que ninguna de estas unidades registr— alguna disminuci—n durante el 2008, por el contrario la mayor’a registr— incrementos, con excepci—n de PŽrez Zeled—n que permaneci— constante.
El Departamento de Investigaciones Criminales, propiamente la Secci—n de Homicidios es la que da la mayor atenci—n de forma independiente a casos de homicidio doloso a nivel nacional. Solo en el 2007 la cifra de investigaciones asignadas ascendi— a 161, 28 m‡s que en 2006; sin embargo, durante el 2008 esta dependencia experimenta un crecimiento sin precedentes de 43 casos m‡s, lo que porcentualmente representa poco m‡s de una cuarta parte (26.7%). Por otro lado, la Secci—n Penal Juvenil, encargada de la atenci—n de delitos provocados por menores de edad, dobla la cifra de investigaciones por homicidio presentadas un a–o atr‡s, pasando de seis a doce.
Entre las Subdelegaciones que m‡s casos atienden se encuentran: Aguirre y Parrita, Siquirres y La Uni—n, la primera con nueve casos y las restantes con ocho, siendo que en suma absorbieron dos terceras partes (65.8%) del total de investigaciones distribuidas a esta categor’a de dependencias. San Ram—n y Turrialba se ubican en 2008 como las de menor atenci—n de estos eventos.
Analizando el trabajo de las Oficinas Regionales en torno a la atenci—n de estos delitos, es posible concluir que dos de ellas; Garabito (9) y Sarapiqu’ (7) son las œnicas que registran m‡s de cinco investigaciones anuales, representando individualmente 33.3% y 25.9%; en otras palabras, a estas dos oficinas se le asignaron poco m‡s de la mitad de las investigaciones por homicidio doloso.
Las Unidades Regionales son dentro de la estructura organizativa del O.I.J. las oficinas con menor incidencia de casos entrados y las m‡s nuevas en tŽrminos de operaci—n, a pesar de lo anterior algunas de ellas como Bribr’, registran cantidades importantes de casos por homicidio, as’ por ejemplo, en los œltimos tres a–os, el nœmero de investigaciones realizadas por alguna Unidad Regional fue de 25, de las cuales el 40% fueron atendidas por la unidad de Bribr’. El cuadro nœmero 17 resume las cifras de aquellas dependencias del Organismo que atendieron y resolvieron el mayor nœmero de homicidios dolosos.
Cuadro N¡ 17
Tabla comparativa por dependencia policial del Organismo de Investigaci—n Judicial sobre casos de homicidio doloso, segœn cantidad de asuntos tramitados y resueltos, para el 2008
Dependencias que m‡s Atienden |
|||
Dependencia |
Tramitados |
Resueltos |
|
Cantidad |
% Resoluci—n |
||
Secci—n de Homicidios |
190 |
118 |
62.1 |
Delegaci—n de Lim—n |
61 |
40 |
65.6 |
Delegaci—n de Alajuela |
24 |
19 |
79.2 |
Delegaci—n de Pococ’ |
23 |
16 |
69.6 |
Delegaci—n de Cartago |
15 |
12 |
80.0 |
Delegaci—n de Heredia |
15 |
11 |
73.3 |
Delegaci—n de Corredores |
13 |
13 |
100.0 |
Delegaci—n de Liberia |
13 |
10 |
76.9 |
Dependencias con los mejores porcentajes de resoluci—n (10 o m‡s eventos) |
|||
Dependencias |
Tramitados |
Resueltos |
|
Cantidad |
% Resoluci—n |
||
Delegaci—n de Heredia |
13 |
13 |
100.0 |
Delegaci—n de Puntarenas |
15 |
12 |
80.0 |
Secci—n de Homicidios |
24 |
19 |
79.2 |
Dependencias que mantienen m‡s homicidios sin resolver (10 o m‡s eventos) |
|||
Dependencia |
Tramitados |
No Resueltos |
|
Cantidad |
% No Resoluci—n |
||
Delegaci—n de Lim—n |
190 |
72 |
37.9 |
Delegaci—n de Pococ’ |
61 |
21 |
34.4 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Durante el 2008 se presentan ciertos cambios, principalmente en cuanto a la resoluci—n de los casos se refiere, de tal forma que las dependencias que m‡s investigaciones por homicidio atienden son las que presentan el mayor porcentaje de no resoluci—n, el cual se ubic— entre un 34.0% y menos de un 38.0%. Por su parte, dependencias como Corredores alcanzan un nivel de excelencia al poder resolver desde un punto de vista policial las investigaciones que le fueron asignadas durante el per’odo analizado, logrando un 100%. Otras como Cartago (80.0%) y Alajuela (73.3%) registran niveles muy aceptables de resoluci—n de asuntos tomando en cuenta la cantidad de eventos atendidos, situ‡ndose como la segunda y tercera respectivamente con los mejores porcentajes de resoluci—n.
Individualmente llama la atenci—n el esfuerzo realizado por la Secci—n de Homicidios con jurisdicci—n en la Provincia de San JosŽ, la cual atendi— 190 casos, de los cuales logra revolver policialmente 118. Estos nœmeros la ubican como la oficina con el porcentaje de resoluci—n m‡s bajo (62.1%); sin embargo, hay que considerar algunos factores preponderantes: uno guarda relaci—n con la cantidad de investigaciones ingresadas versus el personal o recurso humano disponible, un segundo aspecto tiene que ver con la complejidad de los casos y las horas de investigaci—n que implican, as’ como el grado de coordinaci—n que debe lograrse con las autoridades judiciales para poder cerrar una investigaci—n de esta ’ndole.
II. ANçLISIS DEL PERFIL DE LA VêCTIMA
Seguidamente se analizan algunas de las principales variables relacionadas con el perfil de la v’ctima, de acuerdo con los datos procesados para el 2008
Perfil masculino
Costarricenses, con una edad promedio de 20 a 39 a–os, solteros, sin oficio profesional, en su mayor’a delincuentes o consumidores de droga. En torno a este œltimo elemento, es dable se–alar que el mayor nœmero de individuos se conglomeran en dos grandes grupos a saber: los ÒcampesinosÓ separados en dos oficios: Agricultores y Peones agr’colas, mismos que sumaron 44 v’ctimas en el 2008, 16 m‡s que en el 2007 y el grupo Òdelincuentes e indigentesÓ constituido por delincuentes, consumidores de droga, indigentes, narcotraficantes, vendedores de droga y reos presos, los cuales en suma ascendieron a 190 v’ctimas, 56 m‡s que el a–o anterior, lo que represent— un 37.1% del total de estas muertes.Perfil femenino ¤
En su mayor’a (86.7%) costarricenses, amas de casa (51.7%), entre 20 y 39 a–os, solteras, con hijos y responsabilidades diarias, escolaridad no concluida, vecinas del Gran çrea Metropolitana y en un mayor nœmero asociadas a una agresi—n por Femicidio o Condici—n de GŽnero. ¤ Profundizando respecto al perfil de las v’ctimas se tiene que 452 eran varones, lo que representa un 88.3%, en otras palabras, ocho de cada nueve asesinatos recay— sobre un masculino, llevando la relaci—n entre asesinatos de hombres por cada mujer a 7.5. El restante 11.7% fue consignado a v’ctimas femeninas, las cuales para el periodo en estudio experimentan un crecimiento de 23 muertes respecto al a–o anterior, equiparando la cifra con la obtenida en 2005 (60 fŽminas). El siguiente cuadro muestra la distribuci—n porcentual y absoluta de las v’ctimas por sexo y grupo de edad al que pertenec’an al momento del suceso.Cuadro N¼ 18
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn sexo y grupo de edad al que pertenec’an, durante los a–os 2007 y 2008
por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.1. La distribuci—n por grupo etario, segœn sexo de las v’ctimas, permite identificar plenamente que aproximadamente un 60.0% de los varones asesinados contaban con una edad de 20 a 39 a–os, sobresaliendo el intervalo de 20 a 29 a–os con una participaci—n del 37.6%; una situaci—n muy similar aconteci— con el grupo femenino, al acumularse casi dos terceras partes de las mujeres en dicho rango (20-39 a–os).
2. Las variaciones ascendentes m‡s relevantes entre un per’odo y otro se dan en el rango de 20 a 29 a–os, el cual creci— en 64 v’ctimas, lo que representa porcentualmente un 50% m‡s. En orden descendente el intervalo de 40 a 49 a–os es el que experimenta el segundo mayor incremento (27 m‡s), siendo esta la cifra m‡s elevada registrada en el pasado.
3. Analizando el tema de los menores de edad asesinados durante el 2008 (29 v’ctimas), es importante resaltar el aumento de ocho menores m‡s, la cual se enfoc— con mayor fuerza (3 muertes) entre los menores con edades entre los 15 y 17 a–os y aquellos entre 10 y 14 a–os (+2). Como dato alentador se tiene una leve disminuci—n (-2) en el nœmero de ni–os menores de cinco a–os asesinados (4), los cuales en su mayor’a fueron agredidos por sus progenitores.
4 Los adultos mayores son objeto de observaci—n anualmente en este estudio y se encuentran en el rango de 60 y m‡s a–os. Durante el 2008 la cantidad de adultos mayores aumenta significativamente, al pasar de 16 a 27, es decir once personas m‡s, de los cuales 25 eran hombres y dos mujeres.
A continuaci—n se hace referencia al estado civil de las v’ctimas al momento de recibir el ataque mortal, para los œltimos dos a–os y por sexo.
Cuadro N¼ 19
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn sexo y estado civil, durante los a–os 2007 y 2008
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Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Durante el 2008 la brecha existente entre casados y solteros se extiende aœn m‡s de lo que ven’a registr‡ndose en el pasado, siendo que el nœmero de v’ctimas solteras pasa de 194 a 300, es decir 106 m‡s; en otras palabras, aument— en m‡s de la mitad (54.6%) respecto al a–o anterior. Por su parte, los casados aumentan en nœmero, solo que en una proporci—n menor a la de los solteros (17 v’ctimas), quedando muy claro que en materia de v’ctimas por homicidio en Costa Rica, el soltero es el m‡s incidente y entre estos se ubica el mayor nœmero de mujeres (24), seguida curiosamente por aquellas que viven en uni—n de hecho con sus parejas (20), dejando una leve proporci—n a aquellas que estaban casadas (21.7%).
Las actividades econ—micas y sociales anotadas en el cuadro siguiente corresponden a las m‡s frecuentes entre las v’ctimas de homicidio doloso.
Cuadro N¼ 20
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn actividades econ—micas o sociales m‡s importantes a que se dedicaba la v’ctima, durante los a–os 2007 y 2008
Actividad Econ—mica Profesi—n u Oficio |
A–o |
||||
2007 |
2008 |
||||
Abs. |
% |
Abs. |
% |
||
Porcentaje sobre el total |
238 |
64.5 |
359 |
70.1 |
|
Desempleados y/o desocupados |
20 |
5.4 |
33 |
6.4 |
|
Agricultor y pe—n agr’cola |
28 |
7.6 |
44 |
8.6 |
|
Delincuente, Reo |
62 |
16.8 |
99 |
19.3 |
|
Comerciante |
24 |
6.5 |
30 |
5.9 |
|
Consumidor de droga |
44 |
11.9 |
44 |
8.6 |
|
Oficios domŽsticos |
16 |
4.3 |
31 |
6.1 |
|
Constructor y Pe—n de construcci—n |
11 |
3.0 |
7 |
1.4 |
|
Guarda privado |
9 |
2.4 |
28 |
5.4 |
|
Vendedores de droga y Narcotraficantes |
24 |
6.5 |
43 |
8.4 |
|
Nota. Los c‡lculos porcentuales anotados en el cuadro se extraen con base
al total de homicidios ocurridos en el a–o y no respecto a la sumatoria de las actividades.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Durante el 2008 la cifra de estos ÒoficiosÓ creci— en nœmero (359) y en participaci—n (70.1%) respecto al a–o anterior, destacan individualmente los delincuentes y reos presos, con un total de 37 asesinatos m‡s, de los cuales casi en su totalidad eran varones y un alto porcentaje (46.5%) fueron asesinados al momento de que su agresor se defend’a de un asalto o agresi—n de car‡cter similar.
Los agricultores y peones agr’colas representan en conjunto con los consumidores de droga el segundo frente de v’ctimas m‡s importante, con una participaci—n relativa del 8.6% respecto al total de homicidios. De estos asesinatos, solamente los agricultores y peones agr’colas experimentan un incremento relevante, el cual fue de 16 individuos m‡s, llegando a alcanzar la cifra m‡s alta anotada en los registros estad’sticos. En torno a este tema es necesario acotar que m‡s de la mitad (56.8%) de los sucesos en que fallece un agricultor o pe—n del ramo, est‡ vinculado con un problema personal o una ri–a, en el 82.4% hubo alcohol de por medio, el 68% fue ejecutado con armas blancas, siendo que la mayor’a de los eventos tuvieron lugar en zonas rurales del pa’s y principalmente en cercan’as a bares o centros de entretenimiento nocturno.
Los guardas privados constituyen un elemento de seguimiento continuo en el presente an‡lisis; lo anterior, en funci—n de la relaci—n existente entre este tipo de oficio y el m—vil Òrobo o asaltoÓ. En 2007 el nœmero de guardas asesinados ascendi— a nueve, representando 2.4% sobre el total de v’ctimas; sin embargo, estos asesinatos tendr’an una connotaci—n m‡s pronunciada un a–o despuŽs, tras registrarse 28 muertes, en otros tŽrminos la cifra se triplic— en tan solo un a–o. Analizando lo anterior es posible establecer que dos terceras partes de estos cr’menes est‡n asociados a asaltos y robos, en cuyo el robo del arma del vigilante, as’ como los bienes empresariales al cuido de estos, se constituyen en los objetivos m‡s preponderantes por parte de los delincuentes al momento de cometer el crimen.
A continuaci—n se detalla para los œltimos tres a–os el nœmero de v’ctimas por homicidio doloso y su porcentaje de participaci—n, de conformidad con el pa’s de origen de la v’ctima.
Cuadro N¼ 21
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn pa’s de origen, durante el per’odo 2006-2008
Pa’s de Origen |
A–o |
|||||||||||||
2006 |
2007 |
2008 |
||||||||||||
Abs. |
% |
Abs. |
% |
Abs. |
% |
|||||||||
Total |
351 |
100% |
369 |
100% |
512 |
100% |
||||||||
Costa Rica |
282 |
80.3 |
286 |
77.5 |
399 |
77.9 |
||||||||
Nicaragua |
35 |
10.0 |
48 |
13.0 |
77 |
15.1 |
||||||||
Estados Unidos |
4 |
1.1 |
1 |
0.3 |
5 |
1.0 |
||||||||
Colombia |
6 |
1.6 |
11 |
3.0 |
11 |
2.1 |
||||||||
Panam‡ |
5 |
1.4 |
7 |
1.9 |
11 |
2.1 |
||||||||
China |
2 |
0.6 |
2 |
0.5 |
2 |
0.4 |
||||||||
Israel |
1 |
0.3 |
- |
- |
- |
- |
||||||||
Guatemala |
3 |
0.9 |
- |
- |
- |
- |
||||||||
Alemania |
1 |
0.3 |
- |
- |
- |
- |
||||||||
El Salvador |
1 |
0.3 |
2 |
0.5 |
- |
- |
||||||||
Indonesia |
- |
- |
1 |
0.3 |
- |
- |
||||||||
Italia |
2 |
0.6 |
- |
- |
- |
- |
||||||||
Cuba |
1 |
0.3 |
1 |
0.3 |
- |
- |
||||||||
Repœblica Dominicana |
- |
- |
- |
- |
1 |
0.2 |
||||||||
Honduras |
1 |
0.3 |
- |
- |
2 |
0.4 |
||||||||
Argentina |
1 |
0.3 |
- |
- |
- |
- |
||||||||
Jamaica |
4 |
1.1 |
3 |
0.8 |
- |
- |
||||||||
Perœ |
- |
- |
2 |
0.5 |
1 |
0.2 |
||||||||
Ucrania |
- |
- |
- |
- |
1 |
0.2 |
||||||||
Jap—n |
- |
- |
1 |
0.3 |
- |
- |
||||||||
Informaci—n ignorada |
2 |
0.6 |
4 |
1.1 |
2 |
0.4 |
||||||||
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Los costarricenses como es l—gico, son los que generan la mayor incidencia de v’ctimas por homicidio doloso; sin embargo, es posible apreciar en el cuadro N¡21 como su participaci—n porcentual ha sido mermada levemente durante los œltimos per’odos, de forma tal que el costarricense pas— de 80.3% en 2006 a 77.5% en 2007 y se mantuvo en tŽrminos similares (77.9%) en 2008. Lo anterior, guarda relaci—n con el importante repunte que se viene dando con el grupo de extranjeros, los cuales representan para el presente per’odo un 21.7% sobre el total, encabezando la lista por orden de frecuencia los nicaragŸenses, quienes segœn puede apreciarse superaron (77) en m‡s de un 100% los valores obtenidos en 2006 (35).
Continuando en orden de importancia es posible ubicar a paname–os y colombianos en un mismo rango de incidencia para el 2008 (11 v’ctimas); no obstante, lo m‡s sobresaliente es el repunte generado a partir del a–o 2007, donde claramente se sitœan como una tercera afluencia de v’ctimas en el territorio nacional, aportando casi un 5.0% del total de v’ctimas.
III. SOBRE LOS MƒTODOS UTILIZADOS PARA COMETER HOMICIDIO DOLOSO
Seguidamente se detallan los mŽtodos utilizados por los victimarios para dar muerte a sus v’ctimas, para el per’odo 2004-2008.
Cuadro N¼ 22
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn mŽtodo o modalidad utilizada, durante el per’odo 2004-2008
MŽtodo Empleado |
A–o |
||||
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
|
Total |
280 |
338 |
351 |
369 |
512 |
Arma de fuego |
164 |
196 |
217 |
226 |
349 |
Arma blanca |
66 |
73 |
84 |
90 |
103 |
Golpes |
28 |
23 |
21 |
28 |
38 |
Asfixia por estrangulamiento |
9 |
14 |
14 |
14 |
11 |
Asfixia por sofocaci—n |
5 |
2 |
7 |
4 |
5 |
Asfixia por compresi—n |
2 |
3 |
2 |
1 |
- |
Asfixia por sumersi—n |
- |
1 |
1 |
1 |
2 |
Precipitaci—n |
- |
- |
- |
- |
- |
Quemaduras |
1 |
20 |
2 |
- |
- |
Envenenamiento |
2 |
- |
1 |
2 |
- |
S’ndrome asf’ctico |
- |
- |
- |
- |
- |
Desnutrici—n severa |
1 |
2 |
- |
- |
- |
Abandono doloso |
- |
1 |
- |
1 |
1 |
Atropello con veh’culo |
- |
1 |
2 |
1 |
- |
MŽtodo ignorado |
2 |
2 |
- |
1 |
3 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El uso de armas de fuego en este tipo de cr’menes llega en 2008 a niveles sin precedentes (349 v’ctimas), superando la barrera de los 300 homicidios y aumentando su participaci—n a un 68.2%, valor que no se hab’a presentado. En torno a este punto es necesario resaltar dos aspectos de interŽs: el primero guarda relaci—n con el importante incremento de homicidios por robo u asalto (116) y el uso de armas de fuego en esos eventos, el cual fue de un 76.7%; en otras palabras, el asesinato por robo u asalto coadyuv— en el incremento de los homicidios con armas de fuego. Un segundo factor asociado a un m—vil o causa se present— con los problemas por droga, venganzas y presunci—n de sicariato, en cuyo caso el 77.9% de estos sucesos se llevaron a cabo con armas de fuego. Otro elemento lo constituye el uso de armas de fuego por parte del ciudadano, el cual puede asociarse con el m—vil de leg’tima defensa, el cual ascendi— a 28 v’ctimas durante el 2008 y el accionamiento de armas de fuego vinculado a estos es del 84.6%. El uso de rev—lveres comprende casi dos quintas partes (39.4%) del total de homicidios con armas de fuego; mientras que las pistolas se vieron involucradas en 190 de los 349 eventos comentados.
Los asesinatos con arma blanca se incrementan en 13 muertes para el 2008, siendo que por primera vez en el quinquenio este mŽtodo supera los 100 eventos anuales. Las ri–as, problemas personales, asaltos y violencia domŽstica son los m—viles donde m‡s frecuentemente se hace uso de este tipo de armas u instrumentos. Por otra parte, es posible determinar que el uso de cuchillos de cocina se configura como el arma m‡s utilizada (70.0%), en otras palabras, aproximadamente en tres de cada cuatro homicidios ejecutados con arma blanca se utiliz— un cuchillo de cocina para acabar con la vida de la v’ctima.
Los golpes, representados en su mayor’a por el uso excesivo de la fuerza corporal y uso de objetos contundentes, representan la tercera forma o mŽtodo m‡s incidente en materia de homicidios dolosos. Solo en el 2008 se registran 38 fallecimientos, lo que representa un 7.4%. Adem‡s, este mŽtodo crece respecto al 2007 en diez v’ctimas, es decir en m‡s de una tercera parte. A continuaci—n se muestra la distribuci—n relativa de los tipos de armas o instrumentos m‡s utilizados por los homicidas para dar muerte a sus v’ctimas.
Elaborado por: secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n
IV. SOBRE LAS CAUSAS Y MîVILES DEL HOMICIDIO DOLOSO
A continuaci—n se presenta un grupo de cuadros que proveen informaci—n referente a las causas o m—viles que dan origen o se constituyen en los factores detonantes del homicidio. Es importante resaltar que el establecimiento de estas causas, obedece estrictamente a informaci—n prevista en los expedientes y bajo clasificaciones previamente establecidas.
Cuadro N¼ 23
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, segœn m—vil o causa, durante el per’odo 2004-2008
|
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El robo u asalto constituye la primera causa o m—vil m‡s frecuente de homicidios dolosos dentro del territorio nacional.
Dicho motivo ha representado a lo largo del quinquenio cerca de un 20.0% del total de sucesos y registra importantes incrementos a partir del 2007 con un total de diez casos m‡s. No obstante, este comportamiento experimenta su punto m‡s alto durante el 2008, tras incrementarse en 38 fallecimientos m‡s, lo que en tŽrminos relativos representa casi la mitad (48.7%) de los eventos generados tan solo un a–o atr‡s (78).
Entrando a analizar m‡s profundamente este m—vil, es posible establecer algunas de sus principales caracter’sticas y perfil; as’ por ejemplo el 76.75 de los asesinatos generados en raz—n de un robo se producen con arma de fuego, resaltando como ya se indic— el uso de rev—lveres y pistolas como los m‡s utilizados por el hampa, aproximadamente la mitad (49.1%) de estos eventos tienen lugar en la Provincia de San JosŽ, destacando algunos focos de atenci—n como es el caso de Los Cuadros en Purral de Goicoechea (4 eventos) y el distrito de la Uruca (8), donde sobresale La Carpio (4) y el Bajo Los Ledesma (2), adem‡s, de Alajuelita, en cuyo caso Concepci—n, San Josecito y San Antonio comprenden (90.4%) casi en totalidad los homicidios asociados con asaltos y robos. S’ sumamos al rubro de la provincia, el restante para completar el Gran çrea Metropolitana los resultados ser’an aœn m‡s convincentes (68.1%), en otras palabras dos terceras partes de los homicidios por asalto tienen lugar en zonas urbanas del pa’s.
La ri–a y problema personal se configuran como las segundas causas de mayor importancia, sumando en conjunto para el 2008 un total de 150 v’ctimas y una participaci—n porcentual del orden del 29.0%; es decir, poco m‡s de una cuarta parte de los homicidios tienen que ver con alguna de estas causas. Es relevante acotar que en el caso de las ri–as su caracter’stica primaria es el efecto circunstancial, sea el homicidio o los problemas que dieron inicio al problema entre las partes, se genera en circunstancias no planeadas, atribuyŽndosele a estos eventos el elemento fortuito, en otras palabras las diferencias entre las partes se producen en un momento dado en que se logran encontrar y partir de ese momento se gesta una discusi—n y surge la agresi—n, entre los principales perfiles asociados a este tipo de homicidios se encuentran las discusiones en bares o centros nocturnos o de consumo de licor, discusiones en v’as pœblicas, disputas por temas espec’ficos y mal entendidos por efectos de licor o drogas.
Durante el 2008 se present— un incremento de 36.8% en las ri–as, lo que permite concluir que es uno de los m—viles con mayor crecimiento y participaci—n entre los homicidios ocurridos en el pa’s. El problema personal tiene caracter’sticas muy particulares, destacan el antecedente de un desacuerdo entre la v’ctima y el victimario y la no atenci—n o resoluci—n del conflicto en un momento adecuado, de tal forma que en un encuentro futuro resurge el conflicto original y se produce el homicidio. Este tipo de incidentes acabaron con la vida de 72 seres humanos en el 2008, seis m‡s que el a–o anterior, siendo este el quinto aumento consecutivo experimentado en el quinquenio.
Tal y como se coment— al principio de este an‡lisis, la Secci—n de Estad’stica en conjunto con otras organizaciones que tienen que ver con los temas de violencia intrafamiliar y las mujeres, proceden para el 2008 a generar una nueva estructura de clasificaci—n basado en la Ley de Penalizaci—n de la Violencia Contra las Mujeres, para aquellos homicidios en que una mujer muere a manos de un var—n con algœn grado de v’nculo mutuo. Es as’ que a partir de este a–o se separan de la categor’a violencia domŽstica, aquellos cr’menes entre esposos y concubinos, los cuales se agrupan bajo el tŽrmino de Femicidio; as’ como aquellos perpetrados en condiciones pasionales o de ataque sexual, los cuales se clasifican como Condici—n de GŽnero. Durante el 2008 se produce la cifra m‡s elevada de femicidios del quinquenio, misma que asciende a 18 v’ctimas; adem‡s, se produjeron 12 fallecimientos de mujeres por Condici—n de GŽnero (m‡s adelante se analiza con m‡s detenimiento este tema).
Por su volumen, las venganzas y el problema por droga se sitœan como las terceras causas m‡s incidentes en el pa’s, ambas modalidades experimentan incrementos importantes para el 2008, con 10 y 16 cr’menes m‡s respectivamente, destacando entre las venganzas el uso de armas de fuego (78.9%) y en el caso de los problemas por droga la prevalencia en zonas urbanas (44.2%) de la Provincia de San JosŽ y zonas portuarias o costeras (22.1%). Entre los principales casos asociados con el narcotr‡fico se encuentra el ocurrido a inicios del a–o en el Cant—n de Corredores frontera con Panam‡, donde fueron ejecutados de varios tiros en la cabeza cinco paname–os. En este sentido, destacan dos grandes generadores del conflicto, deudas por droga y disputas por territorios para la venta del estupefaciente. Otro aspecto asociado a los problemas con droga lo constituyen las presunciones de sicariato, las cuales en su mayor’a (94.8%) est‡n asociadas con asuntos de drogas, principalmente en las modalidades de tr‡fico y venta o comercializaci—n.
La presunci—n de sicariato alcanz— para el 2008 su nivel m‡s alto en el quinquenio (32 muertes). Es importante aclarar que este m—vil fue reformado en su t’tulo en raz—n de algunas apreciaciones hechas por funcionarios del O.I.J., tratando de acercar su nomenclatura m‡s a la realidad que vive el pa’s, respecto al tema, de tal forma que con anterioridad al a–o 2008 estos homicidios se registraban bajo la nomenclatura de Òpor encargoÓ y en adelante ser‡n conocidos como presunci—n de sicariato. El 96.8% de estos cr’menes fueron ejecutados con armas de fuego, incluyendo armas de grueso calibre y prohibidas como subametralladoras Usi de 9 mil’metros. Catorce de ellos tuvieron lugar en la Provincia de San JosŽ, sobresaliendo el Cant—n Central con cinco fallecimientos, cinco m‡s en Alajuela, tres en Cartago, cuatro en Lim—n y seis en Puntarenas. El 59.4% de los cr’menes se efectuaron contra costarricenses, mientras que del restante 40.6% destacan seis colombianos. Tan solo ocho de las 28 investigaciones llevadas a cabo por presunci—n de sicariato fueron resueltas a nivel policial, quedando el restante 71.4% pendientes de resoluci—n al cierre de este a–o.
La leg’tima defensa es otro de los aspectos m‡s destacados en el presente an‡lisis, lo anterior por su importante incremento (nueve m‡s) respecto al a–o anterior, as’ como lo que representa socialmente este tipo de acciones, efectuadas por ciudadanos en contra de delincuentes con el prop—sito de salvaguardar sus vidas del hampa. En raz—n de este œltimo comentario es importante se–alar que la totalidad de los homicidios comentados fueron efectuados contra delincuentes, el 86.3% se produjeron cuando un delincuente intent— asaltar a un ciudadano. El 96.4% se llev— a cabo bajo el uso de armas de fuego.
An‡lisis de los Homicidios por Femicidio, Condici—n de GŽnero y Violencia DomŽstica
A continuaci—n se muestra la incidencia absoluta de los homicidios por Femicidio, Condici—n de GŽnero y Violencia DomŽstica, la tasa de personas fallecidas por violencia domŽstica para el per’odo 1999-2008.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.Como puede apreciarse en la gr‡fica, el nœmero de homicidios por Violencia DomŽstica ha sido superior al nœmero de decesos por Femicidio y Condici—n de gŽnero a lo largo de la dŽcada presentada, con excepci—n del presente a–o, en cuyo caso los valores obtenidos para Femicidio se equipararon en 18 muertes cada uno. Profundizando un poco m‡s en el tema, es posible determinar que los Femicidios experimentan un crecimiento importante en 2008 (12 m‡s); en otras palabras, se triplica la cantidad entre un per’odo y otro, recayendo la mayor proporci—n de este incremento sobre la participaci—n de los concubinos, a los cuales se les adjudica la responsabilidad del 72.2% del total de estos eventos.
Los homicidios por Condici—n de GŽnero, protagonizados primordialmente por los ex concubinos y atacantes sexuales presentan rangos de incidencia superiores al Femicidio pero inferiores a Violencia DomŽstica, promediando para la dŽcada 14.6 fallecimientos. Para el 2008 estos se mantienen pr‡cticamente estables respecto a los valores obtenidos en los dos per’odos anteriores. Otros tipos de agresores vinculados con este tipo de asesinatos y con una participaci—n importante en la dŽcada son: pretendiente (9), novios (10), amantes (14) y ex esposos (9). La siguiente gr‡fica permite apreciar el comportamiento de los conceptos estudiados, segœn la tasa por 100 mil habitantes para el œltimo quinquenio.
Nota: Incluye los hombres asesinados por sus parejas o exparejas de convivencia.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—nObsŽrvese como la situaci—n en tŽrminos de tasa por cien mil habitantes cambia levemente la relevancia de los diferentes tipos mostrados, pues contrario a lo que acontece con los valores absolutos, es la tasa de asesinatos por Femicidio (0.83) la que se ubica en un primer lugar de incidencia, situ‡ndose para el 2008 por encima de las restantes dos formas dolosas, configur‡ndose as’ como la agresi—n mortal m‡s incidente dentro del ‡mbito familiar y af’n. Lo anteriormente comentado no es regla para el quinquenio graficado, sino m‡s bien la excepci—n, pues como puede apreciarse la Violencia DomŽstica y la Condici—n de GŽnero ven’an disput‡ndose el primer lugar para esta variable en el pasado.
Seguidamente se presenta un cuadro comparativo con los valores absolutos y relativos para la œltima dŽcada segœn sexo de las v’ctimas.
Cuadro N¡ 24
Distribuci—n absoluta y porcentual del nœmero de hombres y mujeres asesinados en casos de Violencia DomŽstica, Femicidio y Condici—n de GŽnero, para el per’odo 1999 al 2008
A–o |
Total |
Masculino |
Femenino |
||
Abs. |
Rel. |
Abs. |
Rel. |
||
1999 |
35 |
17 |
48.6% |
18 |
51.4% |
2000 |
44 |
22 |
50.0% |
22 |
50.0% |
2001 |
33 |
21 |
63.6% |
12 |
36.4% |
2002 |
35 |
13 |
37.1% |
22 |
62.9% |
2003 |
33 |
12 |
36.4% |
21 |
63.6% |
2004 |
36 |
15 |
41.7% |
21 |
58.3% |
2005 |
52 |
22 |
42.3% |
30 |
57.7% |
2006 |
35 |
16 |
45.7% |
19 |
54.3% |
2007 |
36 |
19 |
52.8% |
17 |
47.2% |
2008 |
48 |
15 |
31.3% |
33 |
68.8% |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
A lo largo de los diez a–os enlistados, es posible apreciar como la participaci—n de hombres y mujeres en los homicidios ocurridos dentro del ‡mbito familiar, relaci—n de pareja, afines y atacantes sexuales, ha sido sumamente competitiva, entendiendo por esto que las cantidades de mujeres asesinadas superan en algunos a–os a los de los varones y viceversa, no pudiŽndose establecer fehacientemente una predominaci—n de alguno de los dos sexos. Sin embargo, entrando a analizar el a–o de interŽs (2008), se puede determinar una mayor prevalencia de las femeninas sobre el sexo opuesto, de tal forma que los superan en una relaci—n de dos a uno, llevando la participaci—n porcentual de ellas hasta un 68.7%; es decir, conforman poco m‡s de dos terceras partes de estos asesinatos.
De seguido se presenta un cuadro que resume el nœmero de v’ctimas en casos de violencia domŽstica, de acuerdo con la relaci—n existente entre el victimario y la v’ctima, de tal manera que se pueda establecer quiŽn era el homicida de la v’ctima.
Cuadro N¼ 25
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, bajo la modalidad de Violencia domŽstica, Femicidio y Condici—n de GŽnero, segœn relaci—n existente entre el victimario y v’ctima, para el 2008
Homicida |
V’ctima |
Nœmero v’ctimas |
Participaci—n % |
Total |
48 |
100% |
|
Femicidio |
18 |
37.5 |
|
Concubino |
Concubina |
13 |
27.0 |
Esposo |
Esposa |
5 |
10.4 |
Condici—n de GŽnero |
12 |
25.0 |
|
Ex concubino |
Ex concubina |
4 |
8.3 |
Atacante sexual |
Mujer |
4 |
8.3 |
Novio |
Novia |
1 |
2.1 |
Ex novio |
Ex novia |
1 |
2.1 |
Pretendiente |
Pretendida |
1 |
2.1 |
Vecino |
Mujer |
1 |
2.1 |
Violencia DomŽstica |
18 |
37.5 |
|
Ex cu–ada |
Ex concu–o |
1 |
2.1 |
Ex cu–ado |
Ex concu–o |
1 |
2.1 |
Ex suegra |
Ex yerno |
1 |
2.1 |
Ex yerno |
Ex suegra |
1 |
2.1 |
Hermano |
Hermano |
4 |
8.3 |
Hijastro |
Padrastro |
1 |
2.1 |
Mare |
Hija |
1 |
2.1 |
Bisnieto |
Abuelo |
1 |
2.1 |
Padrastro |
Hijastro |
1 |
2.1 |
Padre |
Hija |
1 |
2.1 |
Primo |
Primo |
1 |
2.1 |
T’o |
Sobrino |
1 |
2.1 |
Concubina |
Concubino |
2 |
4.1 |
Esposa |
Esposo |
1 |
2.1 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n
Como se indicara de previo, uno de los aspectos m‡s sobresalientes del cuadro anterior lo constituye la igualdad en las cifras absolutas y relativas registradas para Femicidio y Violencia domŽstica, 18 casos y una representaci—n del 37.5%, situaci—n que con anterioridad al 2008 no se hab’a presentado.
Revisando individualmente las tres formas de violencia intrafamiliar, se tiene que la que presenta mayor crecimiento durante el per’odo estudiado es el Femicidio, el cual pas— de seis eventos en el 2007 a 18 en 2008, sea un aumento de 12 v’ctimas; en otras palabras, se duplic— en el tŽrmino de un a–o, al mismo tiempo que se ubica como la cifra m‡s alta registrada hist—ricamente. El concubino es el principal responsable de las agresiones por Femicidio en Costa Rica (72.2%), para tener una idea m‡s amplia se cita que la relaci—n entre homicidios perpetrados por concubinos versus esposos es de 2.6 concubinos por cada esposo.
Entre las principales caracter’sticas asociadas a estos eventos est‡n:
El uso de armas blancas prevalecen sobre el resto de armas o instrumentos homicidas, estando presentes en el 44.4% de los homicidios, destacando el uso de cuchillos de cocina (75.0%). Otra modalidad relevante es la asfixia por estrangulaci—n, la cual se acumula con mayor frecuencia en casos de Femicidio (36.4%) con un total de cuatro sucesos.
En el 27.8% de los asesinatos por Femicidio, el perpetrador tomo la decisi—n de acabar con su vida posterior a la agresi—n de v’ctima.
Lim—n fue la provincia donde se present— el mayor nœmero de Femicidios (5), de forma curiosa ninguno de estos eventos tubo lugar en el cant—n central, ocurriendo tres en Matina, uno en Talamanca y otro m‡s en Siquirres.
El 72.2% de estos cr’menes se dieron dentro de una casa de habitaci—n, siendo esta en un 80.4%, el lugar de residencia de la v’ctima y del imputado.
Al menos en el 68.9% de los cr’menes generados por este concepto durante el 2008, exist’a conocimiento previo de las autoridades acerca de las agresiones f’sicas o sicol—gicas propinadas por el agresor hacia su v’ctima.
Durante el 2008 el nœmero de homicidios por Condici—n de GŽnero asciende a 12 eventos, cifra idŽntica a la registrada en 2007, con la particularidad de que hay mayor concentraci—n (66.7%) en 2008 sobre dos tipos de relaci—n; los ex concubinos y Atacantes sexuales, siendo poca la participaci—n de otras relaciones, como se aprecia en el cuadro.
Entrando en detalle respecto a los asesinatos de Violencia DomŽstica, es determinante para el per’odo analizado la prevalencia de los homicidios entre hermanos biol—gicos con un total de cuatro sucesos, tres de ellos ejecutados con arma blanca, distribuyŽndose un evento en cada uno de las siguientes provincias: San JosŽ, Puntarenas, Heredia y Guanacaste. Adem‡s, destaca entre los homicidios contra varones, perpetrados por sus parejas de convivencia, dos homicidios en que la concubina asesin— a su pareja y uno m‡s protagonizada por la esposa.
El siguiente cuadro permite apreciar la distribuci—n de los homicidios perpetrados por padres y madres biol—gicos hacia sus hijos menores de cinco y mayores de cinco a–os, para el per’odo 1999-2008.
Cuadro N¼ 26
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, bajo la modalidad de violencia domŽstica, en casos donde los padres mataron a sus hijos (as), durante el per’odo 1999-2008
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.El 2008 consolida la tendencia a la baja que vienen mostrando a partir del 2006 este tipo de homicidios; lo anterior, al registrarse la cifra m‡s baja para la dŽcada (2 muertes), cifra que se habr’a presentado con anterioridad a principios de la dŽcada de los dos mil. ¤ El cuadro N¡ 26 muestra la distribuci—n de los asesinatos de padres y madres hacia sus hijos biol—gicos, separando las v’ctimas en aquellas menores de cinco y de cinco o m‡s a–os.
De esa separaci—n es posible apreciar como el grupo de infantes (menos de cinco a–os) que fueron agredidos por sus madres biol—gicas es el m‡s incidente en el per’odo (55.7%), la mitad de los asesinatos de padres hacia sus hijos fue perpetrado por la madre, sobresaliendo las agresiones contra de los hijos varones (56.4%). El cuadro N¡ 27, muestra la cifra de personas fallecidas bajo la modalidad de violencia domŽstica, segœn el grado de consanguinidad o afinidad.
Cuadro N¼ 27
Nœmero de personas fallecidas por homicidio doloso en Costa Rica, bajo la modalidad de violencia domŽstica, segœn el grado de consanguinidad o afinidad, durante el per’odo 2006-2008
Tipo de Relaci—n Familiar |
A–o |
||
2006 |
2007 |
2008 |
|
Total |
36 |
34 |
48 |
Primer grado consanguinidad |
8 |
9 |
2 |
Segundo grado consanguinidad |
3 |
5 |
6 |
Tercer grado consanguinidad |
2 |
1 |
2 |
Relaci—n de pareja |
16 |
14 |
25 |
Otras por afinidad |
7 |
5 |
13 |
Relaci—n de pareja:
Se incluyen œnicamente aquellas personas que conviven en matrimonio, uni—n de hecho o conviv’an en ambas modalidades. Se excluyen las relaciones de noviazgo, amantes u otras que no sean las anotadas en la Ley de Violencia DomŽstica.1¡ grado de consanguinidad:
Se incluyen las relaciones de padres e hijos exclusivamente.2¡ grado de consanguinidad:
Se incluyen las relaciones entre hermanos, abuelos y nietos.3¡ grado de consanguinidad:
Se incluyen las relaciones entre t’os, sobrinos y primos.Por otras afinidades pol’ticas:
Se incluyen las nueras, concu–os, cu–ados, hijastros, hijastras, padrastros, madrastras, hermanastros, hermanastras y yernos.Al igual que los dos a–os anteriores mostrados, el mayor grupo de homicidios intrafamiliares se presenta en las relaciones de pareja, en cuyo caso m‡s de la mitad (52.1%) de los eventos se enfoc— en ese grupo familiar, el cual dicho sea de paso creci— en once fallecimientos respecto al a–o anterior.
Como consecuencia de la reducci—n comentada anteriormente respecto a los asesinatos de padres hacia sus hijos, los homicidios en primer grado de consanguinidad se reducen dr‡sticamente en el 2008, pasando de nueve a dos, siendo uno de estos casos protagonizado por el padre en contra de una hija y otro por la madre en contra su hija.
Las afinidades representan el segundo grupo en importancia en el cuadro, con una incidencia de 13 asuntos, experimentando un crecimiento de ocho muertes respecto al 2007.
V. PERFIL DEL VêCTIMARIO O IMPUTADO
Luego de examinar al detalle las principales variables asociadas con los presuntos homicidas identificados por el OIJ y el Ministerio Pœblico, es que se detalla a continuaci—n el perfil del victimario para el 2008:
Perfil Sujetos costarricenses (81.8%) con una edad promedio de entre 20 y 29 a–os (45.4%), solteros (68.3%), principalmente delincuentes (43.5%), asociados en mayor nœmero de m—viles como robo u asalto, problemas con drogas, venganzas, problemas personas y ri–as.
El aspecto m‡s sobresaliente en el per’odo lo constituye la cantidad de presuntos homicidas identificados, siendo esta de 467; es decir, 111 individuos m‡s que en 2007, de este grupo de 449 (96.1%) corresponden a varones y el restante (18) a mujeres. En ambos sexos destaca por su prevalencia los delincuentes con proporci—n de dos quintas partes sobre el total de imputados.
Un segundo factor de interŽs lo representa la participaci—n de menores homicidas, mismos que se incrementaron en nueve individuos, siendo este incremento el segundo consecutivo de los cuatro œltimos a–os, segœn se puede apreciar en el cuadro N¡28, presentado m‡s adelante.
La participaci—n del extranjero es el primer punto a abordar respecto a este tema, siendo que durante el 2008 fueron detenidos o identificados un total de 85 extranjeros, de los cuales el 82.35% corresponden a nicaragŸenses, siendo de este grupo la mayor parte personas indocumentadas. El grupo mayoritario (58.7%) est‡ relacionado con m—viles como el problema personal y la ri–a.
Un segundo grupo de extranjeros es liderado por los colombianos, representando el 60.0% de estos y una cantidad absoluta de nueve.
Entre estos extranjeros destaca que m‡s de la mitad de ellos est‡n relacionados con homicidios con presunci—n de sicariato.
Seguidamente se muestra un cuadro que distribuye de forma absoluta las cantidades de imputados, de acuerdo al sexo, para el per’odo 1999-2008.
Cuadro N¼ 28
Presuntos homicidas en casos por homicidio doloso en Costa Rica segœn sexo, durante el per’odo 1999-2008
A–o |
Total |
Masculino |
Femenino |
1999 |
232 |
223 |
9 |
2000 |
244 |
231 |
13 |
2001 |
189 |
170 |
19 |
2002 |
181 |
168 |
13 |
2003 |
204 |
195 |
9 |
2004 |
222 |
212 |
10 |
2005 |
290 |
273 |
17 |
2006 |
293 |
276 |
17 |
2007 |
356 |
335 |
21 |
2008 |
467 |
449 |
18 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
A partir del incremento experimentado es dable se–alar que la mayor proporci—n se enfoc— en los varones (114 m‡s), mientras que el sexo opuesto registra un descenso de tres fŽminas. Entrando a analizar la participaci—n de las mujeres homicidas, es importante acotar que cinco de las 18 imputadas son nicaragŸenses, siendo dos de ellas delincuentes, dos m‡s amas de casa y una empleada domŽstica. Por otra parte, la mitad de imputadas en general son personas solteras, siendo el segundo grupo en importancia aquellas que conviven en uni—n de hecho con un total de siete mujeres, superando por cinco a las casadas (2).
A continuaci—n se detallan los grupos etarios a los cuales pertenecen los imputados al momento de su identificaci—n.
Cuadro N¼ 29
Presuntos homicidas en casos por homicidio doloso en Costa Rica segœn grupo de edad al que pertenec’an, durante el per’odo 2005-2008
Grupo de Edad |
A–o |
||||||||||
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
||||||||
Total |
290 |
293 |
356 |
467 |
|||||||
De 5 a 9 a–os |
1 |
- |
- |
- |
|||||||
De 10 a 14 a–os |
3 |
1 |
1 |
1 |
|||||||
De 15 a 17 a–os |
18 |
13 |
30 |
38 |
|||||||
De 18 a 19 a–os |
20 |
43 |
46 |
42 |
|||||||
De 20 a 24 a–os |
71 |
57 |
87 |
122 |
|||||||
De 25 a 29 a–os |
61 |
55 |
60 |
90 |
|||||||
De 30 a 34 a–os |
41 |
40 |
43 |
51 |
|||||||
De 35 a 39 a–os |
29 |
22 |
31 |
39 |
|||||||
De 40 a 44 a–os |
18 |
20 |
22 |
28 |
|||||||
De 45 a 49 a–os |
13 |
17 |
16 |
28 |
|||||||
De 50 a 54 a–os |
8 |
7 |
5 |
11 |
|||||||
De 55 a 59 a–os |
4 |
12 |
7 |
8 |
|||||||
De 60 y m‡s a–os |
3 |
6 |
8 |
9 |
|||||||
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El mayor incremento de homicidas por grupo etario se reflej— en el intervalo de 20 a 24 a–os (35 m‡s), el cual dicho sea de paso es el m‡s incidente para el a–o estudiado (122 individuos) y para el cuatrienio presentado.
Un segundo grupo que experiment— un crecimiento extraordinario lo fue el de 25 a 29 a–os con un total de 30 personas m‡s en 2008; lo anterior, sustenta aœn m‡s el perfil de estos sujetos al conglomerarse el 45.4% de todos los homicidas identificados en estos dos rangos etarios.
El grupo de adultos mayores que se ven involucrados en un evento de esta naturaleza se mantuvo muy estable (9) respecto a los valores obtenidos en el pasado.
Como ya se ha comentado, la participaci—n de menores homicidas se incrementa en nueve individuos durante el 2008; sin embargo, el aumento no es lo m‡s relevante, sino m‡s bien el volumen que se viene registrando principalmente estos œltimos dos per’odos (2007-2008), de tal forma que los menores homicidas comprenden casi un diez por ciento (8.3%) sobre el total de imputados identificados por las autoridades judiciales. Respecto a la naturaleza de los eventos en que se ven involucrados estos menores de edad, se tiene que el 44.6% tienen que ver con robos o asaltos, 13.1% m‡s con ri–as y problemas personales, siendo m‡s comœn el uso de armas de fuego en ellos que algœn otro tipo de arma un instrumento. A continuaci—n se muestra gr‡ficamente el comportamiento seguido por el nœmero de menores de edad, participantes en calidad de presuntos homicidas durante la œltima dŽcada.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.ObsŽrvese como a lo largo de la presente dŽcada, el nœmero de menores homicidas ha crecido secuencialmente, haciŽndose m‡s pronunciado ese crecimiento a partir de los œltimos dos per’odos; lo anterior, a pesar de ciertos cambios en la tendencia. Respecto a los picos mostrados en la gr‡fica, ubicables en los per’odos 2000, 2005, 2007 y 2008, es dable se–alar un factor determinante la aparici—n de Žstos, el cual lo constituyen peque–as bandas de delincuentes juveniles que en los citados a–os han sido responsables de mœltiples homicidios a lo largo del territorio nacional, resaltando entre las m‡s sobresalientes una procedente de la Provincia de Lim—n, otra m‡s en Alajuela y dos de San JosŽ, de esta œltima provincia destaca una del caser’o conocido como ÒLos cuadrosÓ y otra m‡s en Alajuelita.
A continuaci—n, se muestra un cuadro que distribuye el nœmero de menores homicidas identificados, de acuerdo con la provincia en donde ocurri— el crimen con el cual se les vincula.
Cuadro N¼ 30
Nœmero de menores homicidas, segœn provincia de ocurrencia, para el per’odo 1999-2008
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.San JosŽ aumenta en un menor nœmero la participaci—n homicida para el 2008 y se consolida como la provincia que aporta m‡s menores de edad (21) respecto a este tipo de delito. Adem‡s, es posible establecer que del a–o 2001 al 2004 el nœmero de estos individuos se redujo a menos de diez por a–o; sin embargo, a partir del 2005 y en raz—n de lo comentado respecto a las bandas de menores principalmente asaltantes, se inicia un nuevo repunte que tiene su punto m‡ximo en el 2008, con un total de 21 asesinatos y como puede verse es la ciudad capital en conjunto con el aporte hecho por Lim—n quienes asumen los primeros lugares de importancia al respecto.
Guanacaste y Cartago se configuran como las provincias con el menor nœmero de menores involucrados en eventos de homicidio, de hecho en el caso de la provincia pampera se registran para la dŽcada, seis per’odos anuales sin menores involucrados, pero en el 2008 ambas zonas del pa’s aportan al menos un menor. En el siguiente cuadro se muestra la nacionalidad de los presuntos homicidas, analizado en un per’odo de cuatro a–os.
Cuadro N¼ 31
Presuntos homicidas en casos por homicidio doloso en Costa Rica segœn pa’s de origen, durante el per’odo 2005-2008
Pa’s de Origen |
A–o |
|||
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
|
Total |
290 |
293 |
356 |
467 |
Costa Rica |
213 |
244 |
293 |
382 |
Nicaragua |
56 |
32 |
41 |
70 |
Colombia |
7 |
6 |
7 |
10 |
China |
1 |
1 |
- |
- |
Honduras |
1 |
1 |
- |
1 |
Panam‡ |
5 |
4 |
6 |
1 |
El Salvador |
- |
1 |
1 |
1 |
Estados Unidos |
3 |
1 |
2 |
1 |
Cuba |
- |
1 |
3 |
- |
Francia |
- |
- |
- |
1 |
Jamaica |
- |
1 |
2 |
- |
Repœblica Dominicana |
- |
1 |
- |
- |
Guatemala |
3 |
- |
- |
- |
Inglaterra |
1 |
- |
- |
- |
Jap—n |
- |
- |
1 |
- |
El nœmero de costarricenses involucrados en calidad de presuntos homicidas aument— por tercer a–o consecutivo (89 m‡s), llega en el caso del 2008 al nivel m‡s alto (382) alcanzado a la fecha para esta variable. Al apreciar el cuadro anterior, es claramente deducible el hecho de que es el costarricenses en tŽrminos absolutos quiŽn define la tendencia en el volumen de homicidios dolosos en el pa’s, recayendo sobre sus hombros el 81.8% de los asesinatos, sea cinco de seis ocurridos.
El nicaragŸense continœa siendo la primera nacionalidad extranjera en provocar m‡s homicidios en el pa’s. Para el 2008 se le atribuyen al menos 70 muertes a estas personas; es decir, 29 m‡s que el 2007, muchas de las cuales (23.7%) se encontraban indocumentadas al momento de ser indagadas por las autoridades judiciales.
El colombiano se ha establecido dentro de los registros estad’sticos como la segunda fuerza extranjera m‡s participativa en eventos de esta naturaleza, mostrando en 2008 su cifra m‡s alta (10 imputados), dejando prever en consecuencia que estos extranjeros en conjunto con los nicaragŸenses representan cada vez m‡s un aporte criminal importante dentro del territorio nacional. La siguiente gr‡fica muestra el comportamiento absoluto seguido por los nicaragŸenses en diez a–os.
A pesar de las disminuciones y aumentos experimentados en el nœmero de nicaragŸenses procesados en Costa Rica por Homicidio, el volumen de estos no ha disminuido de 26 individuos para la dŽcada, promediando 41.4 anuales, valor que se aleja significadamente del obtenido en 2008 (70), situaci—n que deja prever un crecimiento futuro en el nœmero de extranjeros, guiados principalmente por el aporte del nicaragŸense.
Algunas caracter’sticas de los cr’menes ejecutados por nicaragŸenses son las siguientes:
- El 46.4% de los cr’menes efectuados tienen lugar en San JosŽ, siendo el principal foco de atenci—n La Carpio, con cuatro homicidios. Estos est‡n vinculados principalmente a robos, asaltos, ri–as y problemas personales (61.2%).
- El 41.1% de los eventos se ejecut— con arma blanca, mientras que el 48.2% con armas de fuego.
- La participaci—n absoluta de nicaragŸenses en casos de Femicidio y Condici—n de GŽnero fue de seis asesinatos; es decir, guardan relaci—n en al menos un 20.0% de los cr’menes asociados con esos dos conceptos.
- Como complemento al punto tres, se tiene que en cinco de los 18 eventos dolosos vinculados a Violencia DomŽstica fueron ejecutados por personas provenientes de Nicaragua.
A continuaci—n se presenta un detalle sobre el nœmero de nicaragŸenses homicidas en relaci—n con el origen de sus v’ctimas para el per’odo 2005-2008.
Cuadro N¼ 32
Nœmero de nicaragŸenses homicidas, segœn pa’s de origen de la v’ctima, para el per’odo 2005-2008
Homicidas NicaragŸenses |
A–o |
||||||||||
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
||||||||
Total |
56 |
32 |
41 |
70 |
|||||||
NicaragŸenses matan a Costarricenses |
27 |
16 |
21 |
38 |
|||||||
NicaragŸenses matan NicaragŸenses |
28 |
11 |
17 |
32 |
|||||||
NicaragŸenses matan otros extranjeros |
1 |
5 |
2 |
- |
|||||||
Durante el 2008 se registra el mayor incremento experimentado en el nœmero de asesinatos efectuados por nicaragŸenses (70), donde las diferencias entre el nœmero de v’ctimas de origen costarricense y nicaragŸense se mantuvieron casi estables respecto a a–os anteriores (entre cuatro y seis casos), sobresaliendo como es costumbre los asesinatos de nicas hacia ticos (54.3%), sobre aquellos en que un nicaragŸense da muerte a otro (45.7%).
Para el per’odo en estudio no se registr— ningœn evento en el que un nicaragŸense haya dado muerte a otro extranjero en Costa Rica.
De seguido se detallan los mŽtodos utilizados en los cr’menes, de nicaragŸenses vs nicaragŸenses para el per’odo 2006-2008.
Cuadro N¼ 33
Nœmero de personas de origen nicaragŸense asesinadas por otros nicaragŸenses en Costa Rica, segœn mŽtodo empleado durante el per’odo 2006-2008
MŽtodo empleado |
A–o |
||
2006 |
2007 |
2008 |
|
Total |
11 |
17 |
32 |
Arma de fuego |
5 |
12 |
16 |
Arma blanca |
6 |
4 |
16 |
Golpes |
- |
1 |
- |
Para el presente a–o se presenta una situaci—n en las cifras en armas de fuego y blancas, pues se equipararon por primera vez en la historia (16 asuntos), de tal forma que el aumento experimentado en el nœmero de asesinatos (15 m‡s) entre nicaragŸenses balance— el uso de este tipo de armas.
Otro aspecto interesante lo constituye el hecho de pr‡cticamente no se utilizan otras armas entre nicaragŸenses al momento de ejecutarse un asesinato entre ellos.
Los m—viles asociados a estos cr’menes se presentan a continuaci—n para el per’odo 2006-2008.
Cuadro N¼ 34
Nœmero de personas de origen nicaragŸense asesinadas por otros nicaragŸenses en Costa Rica,
segœn m—vil o causa del homicidio, durante el per’odo 2006-2008
M—vil o Causa |
A–o |
||
2006 |
2007 |
2008 |
|
Total |
11 |
17 |
32 |
Femicidio |
-
| - |
1
|
Leg’tima defensa |
-
| 2 |
4
|
Presunci—n de sicariato |
2
| - |
-
|
Problema personal |
2
| 3 |
4
|
Problema por droga |
-
| - |
1
|
Ri–a |
3
| 6 |
6
|
Robo o asalto |
1
| 2 |
8
|
Venganza |
-
| - |
4
|
Violencia domŽstica |
2
| 2 |
4
|
De manera contundente, el robo u asalto se convierte durante el 2008 en la causa o m—vil m‡s preponderante y determinante en la ejecuci—n de homicidios por nicaragŸenses y en contra de nicaragŸenses, siendo el aumento del orden de los seis homicidios y representa una cuarta parte (25.0%) respecto del total de cr’menes cometidos por estas personas.
Otros m—viles que experimentaron variaciones ascendentes importantes fueron la venganza con cuatro muertes m‡s y la leg’tima defensa con dos fallecimientos. El siguiente cuadro resume el comportamiento seguido por los casos de homicidio donde el homicida acaba con su propia vida.
Cuadro N¼ 35
Nœmero de personas que fueron asesinadas y que el homicida a su vez se suicid—, segœn sexo de la v’ctima y del suicida, durante el per’odo 2006-2008
Tipo de Participaci—n |
A–o |
|||
2006 |
2007 |
2008 |
||
Sexo de la v’ctima |
9 |
6 |
7 |
|
Masculino |
3 |
1 |
1 |
|
Femenino |
6 |
5 |
6 |
|
Sexo del suicida |
9 |
6 |
7 |
|
Masculino |
9 |
6 |
7 |
|
Como es costumbre en este tipo de eventos, la totalidad de ellos fueron provocados por un masculino y casi en su totalidad contra mujeres, situaci—n que guarda estrecha vinculaci—n con el hecho de que la mayor’a de asesinatos fueron por Femicidio, en cuyo caso el concubino excede en mayor’a a los esposos (13 versus 5). Otro elemento a destacar lo constituye el mŽtodo utilizado en estos eventos, sobresaliendo el uso de armas de fuego con cuatro homicidios, dos m‡s con arma blanca y uno por estrangulaci—n.
VI. ANçLISIS SOBRE PERSONAS CONDENADAS POR HOMICIDIO DOLOSO, EN LOS TRIBUNALES PENALES.
Es importante se–alar que no es factible o recomendable realizar una comparaci—n entre el nœmero de fallecimientos acontecidos en un per’odo y la cantidad de condenas para ese mismo intervalo.
Esto por cuanto, el tiempo que conllevan los procesos judiciales hacen que ambas variables no se interrelacionen en la mayor’a de los casos. Adem‡s, se se–ala que en este apartado no se contabilizan las condenas de menores de edad.
El siguiente cuadro permite diferenciar por sexo aquellas personas condenadas por los tribunales penales del pa’s, en casos por homicidio doloso.
Cuadro N¡ 36
Nœmero de personas adultas condenadas por los tribunales penales de Costa Rica, por el delito de Homicidio Doloso, segœn sexo del condenado, para el per’odo 2004-2008
A–o |
Total |
Sexo | |
Masculino |
Femenino
| ||
Total |
|||
2004 |
136 |
128
| 8 |
2005 |
119 |
114
| 5 |
2006 |
128 |
119
| 9 |
2007 |
101 |
97
| 4 |
2008 |
136 |
128
| 8 |
Nota: para el c‡lculo del presente dato no se toman en cuenta aquellas personas condenadas con medidas de seguridad o ejecuci—n condicional de la pena.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.El 2008 denota un repunte importante en el nœmero de personas condenadas por homicidio doloso, con un total de 136, cifra equivalente a la registrada en el a–o 2004, de ese total, 128 condenados (94.1%) corresponden a hombres y ocho a mujeres, duplic‡ndose el volumen de estas œltimas en el tŽrmino de un a–o. Por su parte, los varones registran un crecimiento de 31 condenas respecto al a–o anterior, lo que relativamente signific— un crecimiento del 31.9%. A continuaci—n se detallan los rangos de edad a los que pertenecen las personas condenadas en casos de homicidio doloso, para el per’odo 2004-2008.
Cuadro N¡ 37
Nœmero de personas adultas condenadas por los Tribunales Penales de Costa Rica, por el delito de Homicidio Doloso, segœn grupo de edad al que pertenece el condenado, para el per’odo 2004-2008
Grupo de Edad |
Total |
A–o |
||||||
2004 |
2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
||||
Total |
620 |
136 |
119 |
128 |
101 |
136 |
||
Menos de 20 |
45 |
12 |
7 |
9 |
6 |
11 |
||
De 20 a 24 |
150 |
30 |
27 |
36 |
21 |
36 |
||
De 25 a 29 |
148 |
31 |
30 |
30 |
24 |
33 |
||
De 30 a 34 |
81 |
20 |
17 |
11 |
13 |
20 |
||
De 35 a 39 |
64 |
10 |
13 |
20 |
9 |
12 |
||
De 40 a 44 |
52 |
17 |
12 |
5 |
9 |
9 |
||
De 45 a 49 |
34 |
7 |
5 |
7 |
10 |
5 |
||
De 50 a 54 |
25 |
5 |
4 |
7 |
5 |
4 |
||
De 55 a 59 |
10 |
1 |
2 |
1 |
3 |
3 |
||
De 60 y m‡s |
11 |
3 |
2 |
2 |
1 |
3 |
Nota: para el c‡lculo del presente dato no se toman en cuenta aquellas personas condenadas con medidas de seguridad o ejecuci—n condicional de la pena.
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.El incremento presentado en el nœmero de condenados se refleja con mayor fuerza sobre el grupo de 20 a 24 a–os con un total de 15 condenas m‡s, seguido por el grupo de 25 a 29 quiŽn elev— sus cifras en nueve resoluciones judiciales m‡s respecto al a–o anterior. El grupo que menos se ve afectado continua siendo el de personas de mayor edad, siendo estas las conformadas por los grupos de 55 a 59 y 60 y m‡s a–os, quienes presentan cifras muy similares a las obtenidas un a–o atr‡s (entre uno y tres condenados).
A continuaci—n se detalla de acuerdo con la pena impuesta, la cantidad de personas condenadas en Costa Rica por homicidio doloso.
Cuadro N¡ 38
Nœmero de personas condenadas por los tribunales penales de Costa Rica, por el delito de homicidio doloso, segœn pena impuesta, para el 2008
Pena Impuesta |
Nœmero de Condenados |
Total |
141 |
1 a–o a menos de 2 |
1 |
2 a–os a menos de 3 |
- |
3 a–os a menos de 5 |
1 |
5 a–os a menos de 7 |
11 |
7 a–os a menos de 10 |
9 |
10 a–os a menos de 15 |
45 |
15 a–os a menos de 20 |
25 |
20 a–os a menos de 25 |
18 |
25 a–os a menos de 30 |
8 |
30 a–os a menos de 35 |
10 |
35 a–os a menos de 40 |
3 |
40 a–os a menos de 45 |
- |
45 a–os a menos de 50 |
5 |
Medida de seguridad |
1 |
Ejecuci—n Condicional |
4 |
Elaborado por: Secci—n de Estad’stica, Departamento de Planificaci—n.
El mayor nœmero de personas condenadas por homicidio en Costa Rica (45 individuos), cumplir‡ una condena de 10 a 15 a–os de prisi—n, representando este grupo el 31.9% del total de condenas, seguida en orden de importancia por 25 individuos condenados de 15 a 20 a–os y en tercer un total de 18 personas con una condena de 20 a 25 a–os de c‡rcel. Finalmente, en este an‡lisis se hace menci—n al grupo de menores involucrados en casos de homicidio doloso.
De conformidad con las estad’sticas de los juzgados penales juveniles, se hacen las siguientes observaciones:
Un total de 39 menores fueron identificados por las autoridades policiales como presuntos imputados en casos de homicidio doloso durante el 2008, es decir ocho m‡s que en 2007.
Un total de 32 menores fueron acusados por el Ministerio Pœblico durante en el 2008.
Cuarenta y cuatro menores fueron procesados y juzgados por los tribunales penales juveniles por homicidio doloso, 18 fueron absueltos y 26 condenados.
Veintid—s de los veintisŽis condenados fueron recluidos en un centro penal o internado, mientras que a los restantes cuatro se les brindo libertad asistida.